miércoles, 16 de marzo de 2022

ARTÍCULO 25. PLAN PARA HOY, ''INCERTIDHAMBRE'' PARA MAÑANA.

 Artículo 25. Plan para hoy, ''Incertidhambre'' para mañana. 

¿Qué es un plan? La acepción segunda y tercera del Diccionario de la RAE definen como plan 'Intención, proyecto' y 'Modelo sistemático de una actuación pública o privada, que se elabora anticipadamente para dirigirla y encauzarla'. En nuestro proyecto de vida siempre hay un plan, desde pequeño lo diseñan nuestros padres y, por lo general aunque conozco excepciones, hay un momento de rebeldía en la adolescencia cuando es el propio individuo quien decide su propio plan. 

Pero, ¿Qué sucede cuando ese plan se convierte en nuestra propia rebeldía? Por lo general diseñamos un plan profesional considerando como meta lo que nos hace felices, y bienaventurados quienes lo consiguen. Pero los que seguimos en el camino y aún no volcamos nuestro tiempo y energía en encontrar esa ''vocación'', trabajamos en lo que se debe hacer, buscar un trabajo, porque, no nos engañemos, el mundo va a seguir girando y no se va a esperar a que decidamos. 

He pasado por varios planes, de todos he obtenido una gran enseñanza y, por suerte para mi paz interna, buena gente que se ha quedado en el camino. ¿Me ha llevado a ese trabajo con el que sonreír al levantarme? no, pero si un camino te ha traído una buena consecuencia, aunque no sea tu camino, nunca será un error recorrerlo. 

En lo que respecta al sistema siempre es más fácil echarle la culpa, seamos sinceros, se valora antes el título del primero que la versatilidad del que llegó tarde porque probó diferentes vías y esto sí que lo puedo afirmar desde mi propia experiencia. Pero pienso que, sin ser ejemplo de ello, lo inteligente es aguantar y luchar contra lo establecido; persistir en encontrar el trabajo y reinventarse en el camino es, con certeza, lo más arriesgado pero a la vez lo más alentador. Estudias una titulación universitaria, por supuesto porque para qué fomentar que lo importante de la enseñanza es la meta y el método, siempre hay que ver la élite, en fin, como decía, estudias una titulación universitaria, te das de bruces con la realidad laboral (sea cual sea la titulación que estudies, el borrón que te encuentras no tiene nada que ver con la obra de arte que te pintan en primero de carrera) y si no sigues luchando por el sueño que querías trasladar a la realidad, eres capaz de envidiar al que hizo un curso de profesionalidad básico y se está dedicando a lo que le gusta. Ir al trabajo con ganas, creo que esa debe ser la primera lección que nos enseñen durante nuestra formación como profesional en un sector, algo tipo ''¿Quieres esto? ¿No? pues coge tus cuchillos y vete porque el mundo está lleno de agujeros negros'' 

Permitirme tan simple metáfora, pero a lo largo de mi (corta) trayectoria profesional (y artística) he observado que similar a la definición de agujero negro es mucha la gente que está tan apagada, infeliz, abstraída, llámalo como quieras, de su auténtica meta que están tan consumidos que atraen todo, lo que se llamaría ''esponja'' de energía, comienza con una cara larga y desemboca en una actitud de ''mira que bien trabaja pero que apagado se le ve''. 

¿Debemos todos de tener el derecho a brillar o se conjuga aquí la premisa de que no todo el mundo llega a lo más alto? al comparar la insatisfacción profesional con las estrellas no pretendo recrearme en la fantasía de ''venga tía, el cielo es tuyo'' no, pero sí que soy partidario de que todo el mundo tiene el absoluto derecho a brillar, entendiendo por brillar esa chispa en los ojos que se ve en quien disfruta con el camino elegido, ese rostro tranquilo que nos invita a preguntar qué es lo que le hace sentirse tan bien. Cometemos del error de pensar que para que una persona brille debe ser el número uno de su sector y si no, ha fracasado estrepitosamente. 

Me niego en rotundo, he visto el brillo en gente que nunca será conocida en su sector, ni famosa por su labor, pero está orgullosa de su trabajo y se esfuerza a diario por hacerlo lo mejor posible y entra al trabajo con el mismo bienestar con el que se va el día anterior, esa es la calma que debemos alcanzar todos a nivel laboral, esa tranquilidad derivará en menos estrés en nuestra vida y, por tanto, mayor control de las riendas de su propia vida. Sin embargo, cuando nos encontramos obcecados en la búsqueda (a veces eterna) de dicha plenitud, el efecto es el de un agujero negro, va todo en consecuencia, nos irrita el trabajo por lo que llegamos agotados a casa y buscamos planes ociosos para fingir desconexión cuando dentro de nosotros estamos deseando que el plan ocioso no se acabe nunca para retrasar el viaje de vuelta a la realidad. 

Y, en realidad, es más simple que cualquier búsqueda, encuentra tu sector y ve por ello, ya está, el camino es realmente lo difícil, no tomar la decisión. Hay que ser consciente de que el camino no se logra de un día para otro, pero si caminas con ganas, no hay cuesta arriba, todo es meseta. 

Luego entramos en la decisión artística, en mi caso sé que lo que me llena no llena la nevera, es mi plan para hoy pero incertidhambre para mañana (entiéndase el palabro como un juego de palabras en el que no sabes qué trozo de pan te vas a llevar a la boca si no tienes asegurado un trabajo) puesto que hasta que no lo intente no sabré si mi voz o mi libro podrá darme un sustento, pero cuento con un factor que es importante en una profesión artística o profesión profesional (valga la redundancia para explicar que lo artístico también es una profesión). Ese factor es saber que para ser cantante no hay que llegar al Grammy, al menos yo me contento con hacer alguna actuación al mes y disfrutar de que las canciones que interpreto ayudan a que quien me escuche consiga evadirse de esa vida real que pretendemos dejar a un lado cuando ponemos un pie en la calle o pulsamos el play en casa. He conocido a cantantes, actores y escritores, y todos coinciden en que la profesión de artista lleva consigo una segunda titulación con la que mantenerte. 

Pero como he dicho antes, mientras tengas claro que el camino que has escogido es el que querías escoger siendo consciente de todos los escollos a enfrentarse, de unas buenas suelas que eviten el agotamiento y un colchón emocional que te apoye en forma de amigos o familia; se convertirá en el mejor camino que decidas caminar. Bien sea comenzando a cantar con 30 años, o dejando de lado la universidad por una clínica de estética o haciendo la residencia en medicina con 33 años que estudiando un FP de informática con 52 años. No cometamos el error de abandonarnos al plan que diseñamos en la adolescencia, puesto que si tú no eres la misma persona, tampoco tienes que seguir el mismo plan. 

¿Encontraré mi camino? ¿Pueden haber dos caminos a la vez que me lleven a la plenitud interna que busco? ¿Debo resignarme a lo estable sólo porque me da la tranquilidad económica o debo arriesgar a la incertidumbre de la sonrisa que se forma en mi mente cuando pienso en lo que realmente me gustaría dedicarme? 

Dedicado a los que tienen respuesta a las preguntas que no sé responder. 

Mi canción para este post: I gotta find peace of mind - Ms. Lauryn Hill (a mí al menos me ayuda a reflexionar y tranquilizar mi estrés mental para encontrar paz mental, os la recomiendo)