sábado, 21 de enero de 2012

ARTÍCULO 06.- HISTORIAS DONDE EL PROTAGONISTA NUNCA MUERE. 21/01/12


Historias donde el protagonista nunca muere.

            Quien gana frente a la pregunta ‘’ ¿a quién quieres mas a papá o a mamá?’’ cuando papá es el amor y mamá los amigos. Nos educan bajo el argumento de que la familia siempre estará ahí, y de que encontraremos a alguien con quien casarnos, tener descendientes y compartir nuestra vida. Nunca nos hablaron de los amigos.

            Creo que la única diferencia entre la amistad y el amor es el sexo, y la diferencia entre la amistad y la familia es la genética. Porque pensándolo bien, todos hemos hecho cosas por nuestros amigos que jamás haríamos por nuestra familia, o que nos costaría hacer, algo tan simple como contar nuestras intimidades, los momentos sexuales que hemos tenido a lo largo de nuestra vida.

            Por eso siempre es bueno contar con el apoyo de los amigos, porque la familia siempre puede fallar, piensas que sois un ejército y te quedas con los comandantes y algún subalterno (tus padres y hermanos) que son los que siempre te salvarán de las trincheras y los problemas graves e importantes, y te guiarán puesto que no es sólo su obligación, sino que es un placer.

            Y los amores…los amores no me dan para un solo artículo, pero la frase ‘’los amores van y vienen y los amigos resultan perennes’’ creo que explica por sí sólo el párrafo que intento ahorrarme en este artículo. Lo malo, o lo inadecuado, es la dependencia que se crea cuando cuentas con un férreo apoyo en tus amigos. Son miles las historias que pueden ocurrir tan sólo en la semana de un adolescente, como es mi caso. Es tanta la pasión que se le ponen a las ganas de vivir que todo se magnifica y se intensifica la importancia de las cosas, quizá porque antes no lo habíamos vivido.

            No nos percatamos de que ese apoyo que siempre ha estado ahí, nuestra familia, sigue estando y nosotros las vamos, no apartando sino que le contamos los problemas importantes, cuando nos pasa algo con nuestros ‘’amores’’ decimos que no es nada importante porque no queremos preocupar a nuestra familia con algo tan circunstancial como una pelea entre dos enamorados, o un ligue que no termina de cuajar, o una noche tonta en la cama de un desconocido.

            Lo que hacemos es llamar a nuestra mejor amistad….o a una de ellas, depende de la persona…y a las dos de la mañana llamar al timbre de su casa llorando porque quien pensábamos que iba a ser ese eterno amor nos había fallado. Y  esa amistad, si lo es, nos abrirá la puerta, despertará de ese letargo que estaba alcanzando en el sofá de su fría y cálida casa y se mantendrá despierta hasta el amanecer sólo escuchándonos y apoyándonos.

            Se crea un vínculo desde que dices ‘’ ¿Cómo te llamas? Yo Rafa’’ y la otra persona responde ‘’y yo Carolina’’ (por poner un ejemplo cualquiera, bien podría ser María Dolores o cualquier otro nombre); nunca piensas que esa persona a la que acabas de conocer…quien sabe…en un instituto, una cafetería, una reunión de amigos; con el paso de los años iba a suponer un gran soporte en tu vida.

            ¿Hacemos bien en apoyarnos tanto? ¿No haremos que la otra persona sufra un esguince emocional al soportar tanto? Es entonces cuando al demostrar que esa persona puede apoyarse en nosotros creamos inconscientemente un vínculo mutuo, y no ha de ser en ningún momento trascendental, puede ser caminando de regreso a casa, en un día cualquiera comenzando una conversación tipo ‘’tengo que contarte una cosa…’’ y ahí comienza todo, luego suceden salidas nocturnas, llamadas quincenales si no ocurren cafés vespertinos en cualquier lugar musical, hasta empatías o conexiones psíquicas. Y sin darte cuenta pasan 7 años, con sus mil historias por semana.

            El resultado, millones de historias protagonizadas por amores de nombre común, o situaciones ‘’sex-pecíficas’’ en las que siempre comenzamos con un ‘’ ¿sabías qué…?’’ y ahora, con tan sólo veintipocos, miramos la vista atrás y siempre decimos ‘’que estúpidos éramos y que bien lo pasábamos’’ y eso que aún nos queda para recorrer y para mirarnos atrás en el tiempo y delante en un espejo.

            Y entonces ocurre ese temor de la distancia, el mayor mal de las relaciones sociales, las amistosas en este caso que nos ocupa, porque una amistad puede superar barreras como una gran bronca, un error ''inintencionado'', una situación espontánea…pero ¿alguien puede decirme como mantener la amistad en la distancia? Todos tenemos amistades, en mi caso a tan sólo 70 Km. que no se han mantenido, pero ha sido la distancia, o la culpamos por no culparnos a nosotros mismos de no haber sabido mantener la amistad.

            Quizá lo hacemos para evitar el dolor que supone decir ‘’hace una semana quedábamos en un banco para hablar y ahora no coincidimos con el teléfono’’ pero siempre quedará ese vínculo; o quizá lo hacemos porque no maduramos lo suficiente como para afrontar tal hecho. Pero cuando un amigo, un buen amigo, ese que sabe de nosotros lo que ni siquiera nosotros hemos asumido, se va es cierto que algo se muere en el alma; es como si un gran amor se fuera…o peor aún porque esa amistad nos ha escuchado y limpiado las lágrimas de todos los que creíamos eran nuestros grandes amores.

            Y cuando esa amistad no se va, siempre se disfruta de la rutina de vivir mil historias a la semana, de las cuales sólo cuentan cinco, pero el resto se recuerdan en una fría y cálida casa con una bandeja de tortitas y un buen juego de mesa…por poner otro ejemplo; dejas la mirada sobre el tablero y comienzas con un ‘’recordáis cuándo…’’

            Por primera vez voy a enlazar una canción a un artículo. Se llama ‘’The story’’ interpretada por la actriz Sara Ramírez, y obviamente habla de una historia de amor. En la primera estrofa dice mas o menos así ‘’aquellos renglones bajo mi rostro es la historia de quien soy, muchas historias de donde he estado y como he llegado a donde soy, pero esas historias no importan nada cuando no tienes nadie a quien contarla. Es verdad, lo hice por ti’’ repito, mas o menos dice eso.
            Me quedo con este fragmento para finalizar aportando un último argumento, da igual la distancia, un archipiélago a ‘’muchos-cientos’’ Km., o una catedral en Burgos a 651 km, o una carrera que nos tenga a tiempo completo, o una amiga que se va a la capital a prosperar sentimental y laboralmente. Siempre quedará el recuerdo, el vínculo de lo que una vez fue y que siempre será, porque cuando la amistad es sincera, fuerte y existente, no importa la distancia, no importan los hechos, ni lo que se tarde en volver a ver a esa persona, siempre quedarán historias que contar cuando hay dos amigos de por medio. Siempre serán historias que continúan, historias donde el protagonista nunca muere.

            Dedicado a todas las historias de mi vida y sus eternos protagonistas.

jueves, 5 de enero de 2012

ARTÍCULO 05. PRETÉRITO CASI-PERFECTO CON CONSECUENCIAS FUTURAS. 05/01/2012


Pretérito Casi-Perfecto con consecuencias Futuras 05/01/2012

            Dicen que el pasado no es pasado si sus consecuencias no son activas en un presente con ‘’resacas emocionales’’ en un futuro. Comrpendemos que una circunstancia o un argumento mal expuesto puede llegar a tener consecuencias futuras; aún así no somos mas fieles a nosotros mismos, ni somos comprensivos con la víctima de nuestra decisión, simplemente tomamos la intención de dejarnos llevar, adueñándonos inconscientemente de los problemas futuros, tomándolos como nuestros, nuestra futura cruz.

            No tenemos en cuenta que quizá, siguiendo una conciencia tranquila, podemos evitar problemas de futuro, pero ¿quién puede tener una conciencia tranquila? Nos educan en una sociedad agitada, estresada, con miedo a lo que pueda pasar; nos preparan a diario con noticias, con habladurías, con una educación previsora de lo que no siempre suele ocurrir. Confundimos hacer lo correcto con nuestros sentimientos, y sentimos que debemos hacer lo correcto, pero no encontramos el equilibrio entre ambos extremos…lo correcto vs lo sentido.

            Todo depende de la edad también, quién puede ser previsor con 16 años, te enamoras y 8 años mas tarde, ese gran amor puede convertirse en tu mejor amigo, un aliado que siempre necesitaste y no supiste ver en su momento. Nos quejamos de tropezar en piedras que caen en nuestro camino, y quizá ese sea el error, no ver que las piedras estaban ahí antes, incluso, de dar el primer paso. Nuestra personalidad auto-exculpatoria nos impide asumir los problemas ‘’no sé cómo me vi ahí’’ solemos decir. Pero no reparamos en que si hubiéramos tomado otros caminos, si esa persona no se hubiera enamorado a esa edad de esa otra persona, o si no fuéramos como somos, no estaríamos frente a esa piedra, viéndola, sabiendo que vamos a tropezarnos…pero quién se levanta.

            Puedes tener una faceta física, algo característico que te define sobre el resto de personas. Puedes luchar durante años para defender esa característica, para definirte dentro de ti con ella, y en cinco minutos pueden derrumbarte con un argumento vencedor de una situación que no te convence. Entonces el error está en asumir lo que somos o en ‘’con-vencernos’’ de lo inconvencible… ¿quién decide el error? Una de las dos partes protagonistas del duelo, el vencido y el convencido o, por el contrario, no es un error puesto que los dos argumentos son afirmativos y sólidos. En la filosofía del día a día quien gana ¿el vencido con un pasado que justifica (sin tener porqué) su argumento, o el convencido que sostiene fuerte su juicio?

            Por desgracia todos nuestras acciones, nuestros momentos vividos y nuestras oportunidades tomadas y sin tomar, nuestros ‘’pretéritos’’ conllevan siempre consecuencias directas hacia nosotros pero indirectas de lo que nos rodea. Ya que si juntamos los dos ejemplos anteriormente expuestos…por poner un ejemplo…podemos tener a una persona enamorada en el pasado, vencida en el presente e insegura de un futuro donde las experiencias vividas le han enseñado a escudarse. ¿Haría bien esa persona en escudarse? O deben ser nuestros pretéritos casi-perfectos nuestra mejor arma.

            Dicen que la mejor defensa es un buen ataque, y en guerra eso se realiza mediante un estudio, una estrategia o una estadística militar. Y en nuestras guerras internas, las que mas cuestan defender y las que mas cuentan al ganar, no obtendremos ninguna posibilidad si no conseguimos fijarnos en los conocimientos obtenidos en nuestros ‘’pretéritos’’. Nos aferramos a las consecuencias que nos trajeron en un pasado mas reciente  y por miedo a un daño futuro no disfrutamos el presente, sin la sensatez de que quizá ese miedo sea el que nos provoque un daño futuro y no la situación, ya que somos culpables de donde nos encontramos, al menos personalmente hablando.

            Hay pretéritos que consiguen buenos futuros, y hay futuros que te aportan un mal pretérito, pero eres tú quien decide cómo vivir el presente. Quien decide las normas de tu vida, quien dicta los sentimientos a esos argumentos de vencedores convencidos de que no pueden convencerte. Cada uno tiene su estilo (el mismo es la rimbombancia que no la redundancia), sus características, y sus pretéritos. Eso es lo que nos convierte en como somos, como seremos lo obtenemos de esas tres facetas y de las consecuencias obtenidas por nosotros en las situaciones encontradas.

            Y el equilibrio sentimental que buscamos se encuentra, quizá, en que alguien vea esas tres facetas y nuestrsa consecuencias y diga ‘’quiero formar parte de ese futuro’’ el hacernos sentir especial no es decirnos lo que queremos oír, sino la sinceridad de lo que necesitamos hablar. El problema se encuentra cuando ese futuro que crees que puede llegar a ser, no es comprensivo con una de esas facetas nuestras, entonces qué debemos hacer ¿esforzarnos en explicarle o dejar que se dé cuenta? En qué momento es necesario dejar de insistir y en qué momento de comenzar a sentir.

            Francamente, creo que encontraremos la estabilidad de nuestro conjunto de facetas y el camino que andamos cuando nos demos cuenta de que las piedras están en el camino y de que nosotros somos los que decidimos si caemos o no, porque si un problema se acerca y no lo ves venir, será porque hay algo en ese camino que obstaculizaba el campo de visión, pero bordeando ese árbol que se asemeja al obstáculo podemos ver antes la piedra, sin embargo, si no nos fijamos en el árbol y bordeamos como puede la antesala del problema será entonces cuando caigamos, y la responsabilidad de ese acto es nuestra, por no ser cautos al bordear el obstáculo que impide ver nuestra caída.

            ¿Conclusión? Ser cautos en el camino, cargando con las lecciones y tirando lo negativo, así será más facil sortear los árboles y saltar todas las piedras que creamos pueda dificultar nuestras decisiones y nuestra vida. Si eso no funciona, salte del camino, sientate en el borde, respira hondo y observa dónde está el fallo, así verás mejor la solución a esa piedra que no te deja seguir, y con la que tropezamos una y otra y otra vez, como nuestra evolución personal y los problemas sentimentales…mejor situaciones sentimentales (no creo que el amor y la amistad sean un problema, sino que originan situaciones positivas y negativas)…al fin y al cabo, todos hemos tropezado sólo basta con ver que el pretérito casi-perfecto que nos hizo ser fuertes no enseña a no tener miedo en un futuro con consecuencias, ya que el presente lo decidimos nosotros.

        
         Teniendo en cuenta que sin esas piedras, esos pretéritos de los que nos enamoramos, o esas decisiones de nuestro presente, no seríamos lo que somos hoy, personas. Personas que dan gracias de haberse enamorado de esos pretéritos, que disfrutan de las características de su presente y que no temerán de intentar vivir un futuro.

            Dedicado a todos los pretéritos casi-perfectos, a las consecuencias futuras, y a las personas que ven con mal ojo las piedras y tropiezan para que siempre tengan un camino que seguir. (Feliz vispera de Reyes)