jueves, 9 de enero de 2020

ARTÍCULO 19. EL ALMA TAMBIÉN TIENE CALORÍAS VACÍAS. UNA BUENA DECLARACIÓN DE INTENCIONES COMIENZA POR RECONOCER LOS ERRORES QUE NO HAY QUE REPETIR.


Soy una persona con frustraciones. Otra más del montón que pretende llenar su vida, pero que sólo sabe llenarla con anhelos, esas calorías vacías del alma que hacen que nuestro deseo nos sacie el hambre de ser mejores, pero que tras la digestión, entendemos que no somos más que ese alto porcentaje de personas que siguen una rutina de movimiento cuya energía de locomoción son los deseos de la vida que nos vemos capaces de llevar pero que somos cobardes de intentarlo.

Hace unos 10 años empecé a escribir un libro que guardé en un cajón. Hace 9 años comencé a escribir e interpretar mis propios monólogos de comedia. Hace unos 6 años comencé a atreverme a intentar cantar en público, y hace unos meses pude subirme al escenario por fin. Hace casi 3 años pude firmar con una editorial, me sentí pequeño y lo dejé escapar….y ahora esos sueños no son más que cosas que hice en un pasado, nada grande, nada profesional, nada en el hecho de poder decir que hice algo. Mis propias calorías vacías.

Lo mejor de mi propia tortura…la cantidad de gente que me apoya en cada paso que doy, lo poco que me costó encontrar cada una de las pocas grandes oportunidades que he tenido en mi vida. Las veces que me pude sentir tan bien intelectual y profesionalmente, que no era suficiente boca la mía para poder sonreír y mirar arriba diciendo ‘’llegué’’. Pero en realidad, no llegué, ni siquiera lo rocé, no estaban mis metas en el mismo planeta que yo, ellas estaban en el mundo real, yo en un ‘’quiero y no puedo’’….rectifico ‘’quiero y no me atrevo’’.

¿Por qué no me atrevo? Algunos de los que lean esto pensarán ‘’porque sigues regodeándote en tu misma mierda, evoluciona de una vez’’ otros estáis tan cansados de pensarlo que ni contestarán, y los que no conozcan la historia al detalle pensarán que soy otro intento de artista frustrado, seamos sinceros, nos hace tan bien que nos compadezcan que nos da miedo experimentar la auténtica plenitud de un camino, llegar. A veces es más fácil decir ‘’ay, ha pasado el bus’’ que decir ‘’¿dónde me siento? Tengo que estar pendiente de la parada para bajar’’.

Pero no pesan los intentos, al fin y al cabo nunca se sabe cuántas veces podremos tener una oportunidad. Cierto es que no me he puesto en serio a ello, quizá cuando quiera llegar sea demasiado tarde y las voces reales que me han dicho ‘’el tren pasa una vez’’ me digan a puro grito ‘’te lo dije¡¡’’
La diferencia de ese pasado no aprovechado y el futuro que quiero escribir en este mismo blogg el año que viene, es que ahora siento la madurez que debía haber tenido en cada una de esas oportunidades. Una persona muy importante en mi vida (no pronunciaré su nombre porque su ego no cabría en el planeta) me dijo que los sueños comienzan en las ideas. Ahí entendí que la diferencia entre un sueño y una fantasía es que la fantasía refleja algo irreal, el sueño es la consecuencia de una idea en nuestra mente y la visualización de nuestra capacidad para llegar a ello. Por ello decimos ‘’conseguí mi sueño’’. De pequeño soñaba con tener amigos, y ahora creo que algunos hasta me sobran (jaja bromeo).

Otra persona importante en mi vida ha dicho en voz alta más de una vez ‘’el día que se lo tome en serio tendrá gente a su alrededor que querrá ayudarle y creerá en él’’ y eso que yo me siento desde siempre un ‘piltrafilla’ más del rebaño.

Y una de las personas más importantes de mi vida me dijo, no hace mucho, ‘’el día que te lo tomes en serio, llegarás donde quieras’’

Quizá por eso no me lo tomo suficientemente en serio, o nada en serio, no tengo muros que tirar para demostrar que sé hacer cosas, simplemente la gente ya lo ha visto. Pero, claro, ahora surge la pregunta clave de todo este post. ¿Merezco volver a alguna de esas oportunidades? ¿Es soberbia decir ‘’me cerré la puerta, así que ahora la abriré sin necesitar la llave?

Supongo que ahora debo ser consecuente y aceptar cuando oiga ‘’¿quién te crees que eres para conseguirlo?’’ y es cierto, tras un año dedicado con buenos amigos a descubrir en un podcast cultural la cantidad de gente (con calidad) que hay sólo en la Región y que se tiran años esforzándose por una oportunidad, no puedo dejar de sentirme en la obligación de contar mis fracasos con la boca cada vez más pequeña, por respeto a los que de verdad lo intentan.

Ahora, después de agachar la cabeza muchas veces cuando cuento si escribo, si canto o si interpreto; me siento preparado de verdad a intentarlo, ¿si llegaré? La estadística dirá que no, mis amigos que no deje de intentarlo y mi familia que dedique más tiempo a las oposiciones y luego lo intente.

Me siento preparado, ‘’madurezmente’’ hablando; y poco a poco me creo la rutina necesaria para crearme el hábito (por algún lado hay que empezar), escribo un poco cada día y quiero retomar el blog. Sí, esta es una declaración de intenciones, mi dieta artística con la que pretendo cambiar esas calorías vacías en la realidad que llevo tiempo queriendo intentar lograr.

Debería dedicarlo a todos los que se ponen en el camino, pero somos muchos, este post debo dedicarlo a todos los valientes que de verdad ven un libro con su nombre en el lomo, un disco con su rostro, o un cartel delante de un escenario y gente aplaudiendo a todos ellos tras lanzar su trabajo al público.

PD: si no hay un solo ápice de mejora a final de año, lanzo una bendición a los que me aguantan, dejaré de intentarlo o de decir que lo quiero intentar. Bastantes gracias tengo que dar a los que me aguantan para encima ser una carga que aguantar.