domingo, 18 de marzo de 2012

ARTÍCULO 07. INOPORTUNO AMOR SIN ENTENDIMIENTO DEL MECANISMO DE UN TIMBRE. 18/03/2012


 Inoportuno Amor sin entendimiento del mecanismo de un timbre. 18/03/12

            Los bohemios le llaman arte, en la época clásica resultaba vox populi, y en los argumentos de los horarios de televisión vespertinos es ‘’trending topic’’ antes de que el padre de Twitter fuera esperma. Los nostálgicos lo llaman mediante el suspiro, y los escritores inspiración, los cantantes estribillo y los solteros creen que están mejor así. Parece mentira como tan sólo una palabra de cuatro letras puede envolver tanto significado…aunque obviamente el significado no lo da la palabra, sino el hablante que la pronuncia o la persona que la siente.

            Pero el significado o concepto más relacionado con el término a tratar puede ser, quizá, ‘’masoquismo sentimental’’ ese pequeño pero transitivo gusto por el dolor. Nadie puede negar que la frase ‘’el ser humano es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra’’ se magnifica respecto a las relaciones sentimentales. ¿Cuántos hemos sido? Y ¿cuántas las veces? Cada uno tendrá una respuesta diferente, pero todos afirmativa a ¿has retomado una relación a sabiendas de que te haría daño?....realmente ¿quién bien te quiere te hará llorar?...me resulta incongruente.

            Resulta como decir ‘’cariño voy a putearte hasta que te sientas una mierda y llores los vientos por mí’’ (perdón por mi vocabulario…ya sé que ‘’cariño’’ no se puede usar a la ligera) Y entonces nuestra respuesta es ‘’oh¡ me va a hacer daño seguro que me ama’’…si no, no le encuentro significado. Obviamente el pecador no puede advertir sobre lo estúpido de cometer el pecado, pero cometido una vez me paro a pensar en todo el tiempo perdido y todas las personas que no he conocido por estar pendiente de un amor que no se llevó a cabo, y que no tenía expectativas de ello. Pero en ese momento en que tu mundo es tan brillante y dulce no te das cuenta de que en realidad te ha entrado un rotulador fluorescente en cada ojo y lo dulce pasa a ser mas empalagoso que todo el merchandising de ‘’Hello Kitty’’ y 50 litros de sirope de caramelo en vena.

            Pero nos da igual, porque al verle el fluorecesnte nos ciega y la gatita nos araña el alma al saber que no será así. Entonces nos dedicamos a comer, y a pensar que si Sandra Bullock puede superar al desamor en sus películas nosotros también…cuando el auténtico desamor es pensar eso…se llama ‘’des-amor propio’’. ¿Es nuestro vicio de la esperanza el causante de que tropecemos dos veces con la misma piedra? ¿Tan ilógico es el amor que no atendemos a razones?... (¿Los aspirantes a escritores dejaremos de hacer preguntas obvias?)

            Parece que nos sentamos en el sofá, nos encogemos, ponemos cualquier canción que nos recuerde los solos que estamos (‘’loli’’) y esperamos a que suene el timbre…hasta que un día suena una vez…y nos lo pensamos…suena una segunda vez…ya estamos frente a la puerta…y antes de que llegue a sonar la tercera y esperemos al Doctor Sheldon Cooper (Big Bang Theory) abrimos y…solo vemos que es el cartero, o una vecina a la que le tiramos el kilo entero de sal a la cara porque en realidad no podemos darle sabor al momento.

            Necesitamos crear la tendencia de que todo nos llega pero no es más que la vagueza de no ser culpables de nuestro propio fracaso sentimental. Aquello de ‘’acción-reacción’’ no funciona cuando las hormonas que crean el sentimiento del amor nos impiden reaccionar elocuentemente a la acción del desamor porque lo último que queremos creer es que no se nos quiere.

            Atentamos, a tenor de todo pronóstico, contra nuestra vulnerabilidad al no darnos cuenta de que si nos hace daño no es porque esté confuso, sino porque no quiere estar. Pensamos optimistamente ‘’ya cambiará’’ y mientras coges esa estúpida silla que tiene colgado el san benito de que hay que esperar sentado sobre ella…quizá haya que esperar apoyado en una pared. Por qué no, ¿y si, de verdad, el amor llegara cuando menos te lo esperas? Por qué no pensar que un día abres una página de contactos y resulta que el principe azul no lo encontrábamos en la calle porque el muy cabrón se encontraba metido en Internet. Que mala es la fantasía cuando uno espera lo que no tiene.

            Esperamos un día abrir un buzón (o al menos el nuestro) y encontrar esa carta de amor que nunca llegará porque en realidad el remitente no sabe ni siquiera nuestro nombre. Mantenemos la ilusión de que al meter la llave en la cerradura y girar el cerrojo encontremos la habitación contigua a nuestra añoranza llena de velas con una cama (o alfombra, o sofá, o lavadora en ‘’centrifugado’’…siempre al gusto del consumidor) con petalos secos de rosa. Y entonces al abrir la puerta…te clavas la espina.

            Dejas las llaves en cualquier sitio menos en el lugar donde siempre dices a las visitas que dejas las llaves, tiras la chaqueta y la mochila (o sólo la mochila si es verano, o no tiras nada porque es agosto) das dos pasos que duran media hora porque piensas que estás en un videoclip y te sientas suspirando en el sofá…y en tu cabeza suena un blues (Chenoa- Como una postal)

            Nos tomamos una bebida, ya sea alcohólica o no, porque hace tiempo nos dijeron que con eso se calmaba la ansiedad e intentas calmar la sed de cariño rozando el cubito con tus labios. Dejas el vaso y saboreas el gusto del dolor en tus labios. Otra vez suena la puerta, otra vez pensamos que va a ser la cura al dolor, y otra vez es sólo un vendedor o la vecina devolviéndonos el paquete de sal (por supuesto lo esquivamos). Cerramos y esperábamos que fuera esa postal que dice la canción con las ocho letras que más disfrutamos conjugar. Cuando quizá, la cura sea nuestra, al darnos cuenta de que el problema es que buscamos una postal cuando lo que necesitamos es al cartero.

            Para los amores perdidos en las cartas no encontradas.