martes, 15 de septiembre de 2020

ART. 24. SOMOS IMPERFECTOS QUE NOS ENFRENTAMOS A LAS PIEDRAS DEL CAMINO, ESO NOS HACE PERFECTOS.

Estoy pasando por un momento de descubrimiento personal. A los 20 pensaba que había llegado a mi etapa adulta pero pasados los 30 compruebo que es muy cierto lo que dicen ‘’a los 20 las lecciones y a los 30 aplicas lo aprendido’’.

Mis ganas de comerme el mundo se encuentran mermadas, o por lo menos más tranquilas, quizá más maduras. No sólo porque escribo estas palabras mientras estoy aislado por COVID. Llevo varios años queriendo conocerme, mejorar, y no crearme (ni crear) tanto dolor de cabeza al aguantarme.

Otras veces he pasado por lo mismo, un psicólogo, examen de conciencia y una vida social más tranquila….ni de coña se parece al proceso que estoy viviendo ahora. En este momento estoy de verdad conociéndome a mí y creo que muchos os identificaréis conmigo, por eso comparto estas palabras. Pero ¿Cómo puedo conocerme a mí?

Pecamos de refuerzo positivo, pensamos que la mejor forma para dejar de sentirnos mal es reforzar todo lo que tenemos bien, y reforzar la idea de que mañana será un buen día…como si fuéramos una campaña de ‘’Mr. Wonderfull’’. En base a mi experiencia puedo opinar, y afirmar que es un error, al ‘’sobre-reforzar’’ tanto la vida, lo que estamos haciendo es barrer bajo la alfombra. Y ese es el mayor error, la mierda acaba saliendo.

A principios de verano comencé a sufrir urticaria ocasional, tras varias pruebas y tratamientos, mi médico y mi psicóloga me decían lo mismo. Estrés. La mente te va quitando lo que no superas o no te interesa recordar, pero el cuerpo tiene memoria y acumula esa tensión, y como se suele decir, al final ‘’revientas’’.

Entonces la pregunta sería ¿y qué hacer cuando no puedo parar? No se trata de parar, todo lo contrario, se trata de afrontar. La vida no es dura ni preciosa, la vida solamente, es. Una buena amiga me dijo ‘’somos las cosas malas que nos pasan en la vida’’, a lo que añado que además de ello, somos lo que somos por la forma de enfrentarnos a ellas.

No me tengo que ir a ejemplos falsos, todos conocemos gente que realmente lo pasa mal, bien sea por disponer de una economía bastante baja, o por no tener trabajo, o por no tener familia, por afrontar una enfermedad difícil, y en muchos casos por todo eso a la vez, pero el derrotismo es la última opción, y una sonrisa al día puede ayudarnos. Esa gente que de verdad sufre, no los que tenemos un portátil y queremos darle sentido a nuestra vida, esa gente es la que realmente conoce la humildad y la fuerza para enfrentarse a cualquier vicisitud. Son los que dicen ‘’las cosas vienen así y no puedes caer, tienes que esforzarte por salir del hoyo’’ ellos son los auténticos héroes, los que no sólo se conocen, sino que tiran 'pa’lante'.

Por supuesto, todos tenemos nuestra batalla interna, no debemos pasar por la penuria para merecer algo mejor, pero el hecho de querer algo mejor en nuestra vida también puede ser una batalla. Yo he pasado por acoso escolar, por una operación donde literalmente, casi me quedo en la camilla y por muchos años de inestabilidad laboral…como muchos muchos mortales, lo que pasa es que me volví dependiente del apoyo de mis amigos y familia, y de auto-compadecerme. Y pensaba que estaba bien, que salía, celebraba cada logro, me ahogaba en cualquier confrontación….y ahí es donde estaba cayendo más hondo.

Porque la solución no es esa, al contrario, cada golpe debo usarlo para hacer más resistente mi piel, y cada desilusión, debo usarla como aprendizaje para hacer más fuerte mi intuición. Y el apoyo de mis amigos (tengo los mejores del mundo, lo siento) y mi genial familia, no es lo primero a lo que debo acudir, al contrario, es el plan B, no por desmerecerlos, sino porque el primero en poner herramientas para solventar los inconvenientes, soy yo. Hay que decir ‘’soy como soy, ¿y qué? Soy torpe, soy sensible, soy cabezón, no me importa si soy el centro…pero soy amigo, soy confidente, soy divertido, soy fuerte y sé recibir el golpe, y más aún, sé pedir perdón’’ (mi ejemplo de yo) así que tengo las herramientas para ser mejor conmigo mismo, y así poder ser mejor para con el mundo.

Es duro, al principio, luego no solo tienes fuerza para ti, sino que sabes estar en los problemas ajenos y devolverles todo lo que te han dado. Porque como se suele decir, la vida no solo son las piedras del camino, es una parte, la otra parte es la capacidad que tenemos, no de apartarlas, sino de destruirlas, porque cuando apartas un problema vuelve, pero cuando lo superas, no volverá a ser un problema nuevo, sino migajas en la mesa que quitar de un soplido.

Dedicado a la protagonista de mis conversaciones profundas, porque soy como soy, ¿y qué? Al final somos las cosas malas que nos han pasado, y como las superamos para que no nos vuelvan a herir.