Estoy pasando por un momento de descubrimiento personal. A los 20 pensaba que había llegado a mi etapa adulta pero pasados los 30 compruebo que es muy cierto lo que dicen ‘’a los 20 las lecciones y a los 30 aplicas lo aprendido’’.
Mis ganas de comerme el mundo se
encuentran mermadas, o por lo menos más tranquilas, quizá más maduras. No sólo
porque escribo estas palabras mientras estoy aislado por COVID. Llevo varios
años queriendo conocerme, mejorar, y no crearme (ni crear) tanto dolor de cabeza
al aguantarme.
Otras veces he pasado por lo
mismo, un psicólogo, examen de conciencia y una vida social más tranquila….ni
de coña se parece al proceso que estoy viviendo ahora. En este momento estoy de
verdad conociéndome a mí y creo que muchos os identificaréis conmigo, por eso
comparto estas palabras. Pero ¿Cómo puedo conocerme a mí?
Pecamos de refuerzo positivo,
pensamos que la mejor forma para dejar de sentirnos mal es reforzar todo lo que
tenemos bien, y reforzar la idea de que mañana será un buen día…como si
fuéramos una campaña de ‘’Mr. Wonderfull’’. En base a mi experiencia puedo
opinar, y afirmar que es un error, al ‘’sobre-reforzar’’ tanto la vida, lo que
estamos haciendo es barrer bajo la alfombra. Y ese es el mayor error, la mierda
acaba saliendo.
A principios de verano comencé a
sufrir urticaria ocasional, tras varias pruebas y tratamientos, mi médico y mi
psicóloga me decían lo mismo. Estrés. La mente te va quitando lo que no superas
o no te interesa recordar, pero el cuerpo tiene memoria y acumula esa tensión,
y como se suele decir, al final ‘’revientas’’.
Entonces la pregunta sería ¿y qué
hacer cuando no puedo parar? No se trata de parar, todo lo contrario, se trata
de afrontar. La vida no es dura ni preciosa, la vida solamente, es. Una buena
amiga me dijo ‘’somos las cosas malas que nos pasan en la vida’’, a lo que
añado que además de ello, somos lo que somos por la forma de enfrentarnos a
ellas.
No me tengo que ir a ejemplos
falsos, todos conocemos gente que realmente lo pasa mal, bien sea por disponer
de una economía bastante baja, o por no tener trabajo, o por no tener familia,
por afrontar una enfermedad difícil, y en muchos casos por todo eso a la vez,
pero el derrotismo es la última opción, y una sonrisa al día puede ayudarnos.
Esa gente que de verdad sufre, no los que tenemos un portátil y queremos darle
sentido a nuestra vida, esa gente es la que realmente conoce la humildad y la
fuerza para enfrentarse a cualquier vicisitud. Son los que dicen ‘’las cosas
vienen así y no puedes caer, tienes que esforzarte por salir del hoyo’’ ellos
son los auténticos héroes, los que no sólo se conocen, sino que tiran 'pa’lante'.
Por supuesto, todos tenemos
nuestra batalla interna, no debemos pasar por la penuria para merecer algo
mejor, pero el hecho de querer algo mejor en nuestra vida también puede ser una
batalla. Yo he pasado por acoso escolar, por una operación donde literalmente,
casi me quedo en la camilla y por muchos años de inestabilidad laboral…como
muchos muchos mortales, lo que pasa es que me volví dependiente del apoyo de
mis amigos y familia, y de auto-compadecerme. Y pensaba que estaba bien, que
salía, celebraba cada logro, me ahogaba en cualquier confrontación….y ahí es
donde estaba cayendo más hondo.
Porque la solución no es esa, al
contrario, cada golpe debo usarlo para hacer más resistente mi piel, y cada
desilusión, debo usarla como aprendizaje para hacer más fuerte mi intuición. Y
el apoyo de mis amigos (tengo los mejores del mundo, lo siento) y mi genial
familia, no es lo primero a lo que debo acudir, al contrario, es el plan B, no
por desmerecerlos, sino porque el primero en poner herramientas para solventar
los inconvenientes, soy yo. Hay que decir ‘’soy como soy, ¿y qué? Soy torpe,
soy sensible, soy cabezón, no me importa si soy el centro…pero soy amigo, soy
confidente, soy divertido, soy fuerte y sé recibir el golpe, y más aún, sé
pedir perdón’’ (mi ejemplo de yo) así que tengo las herramientas para ser mejor
conmigo mismo, y así poder ser mejor para con el mundo.
Es duro, al principio, luego no
solo tienes fuerza para ti, sino que sabes estar en los problemas ajenos y
devolverles todo lo que te han dado. Porque como se suele decir, la vida no
solo son las piedras del camino, es una parte, la otra parte es la capacidad
que tenemos, no de apartarlas, sino de destruirlas, porque cuando apartas un
problema vuelve, pero cuando lo superas, no volverá a ser un problema nuevo,
sino migajas en la mesa que quitar de un soplido.
Dedicado a la protagonista de mis
conversaciones profundas, porque soy como soy, ¿y qué? Al final somos las cosas
malas que nos han pasado, y como las superamos para que no nos vuelvan a herir.
La vida, esa gran putada, hay que disfrutarla o morir en el intento, haciendo que cada día cuente, y si, pulverizar las piedras del camino cuenta como un logro personal, aunque no te des cuenta de que la has pulverizado hasta que aparecen las migajas de nuevo en tu camino, ahí es cuando la miras y dices, que den pedrolo, te he superado y ahora lo voy a celebrar
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