Hace unos años se me ocurrió la
frase que da título a este post, en una conversación vía Facebook con una
amiga. Hace un par de días la frase volvió a mi vida a través de las
notificaciones ‘’recuerdos’’ que ofrece la red social. Recapacité respecto a la
espontaneidad tan infravalorada y cómo de buena puede ser regalándonos esos
‘’puntazos’’ pero no voy a hablaros de ello, sino de lo que, a toro pasado, la
frase sigue significando para mí. Y, para variar, lo comparto con vosotr@s
porque sé que no dormís sin leer algo mío, está claro jaja.
Es curioso como en la vida la
gente que nos guía, no nos dice lo importante que es la gente que nos
encontramos; hasta que no lo vivimos por nuestra cuenta, no somos conscientes
de que tendremos en nuestro círculo gente perenne y gente…ave de paso. Hasta que no lo experimentas, y lo aceptas claro, si
no lo aceptas, bienvenido frustrolandia;
no comprendes que por un lado, está ‘’tu gente’’ la del día a día, con la que
mantienes un contacto, y pensamos que esa es la trascendental, pero por otro
lado, tenemos las aves de paso, unas
nos dejarán un grato recuerdo, y una imagen que retener en la memoria, y
otras…serán las recordadas por la mierda que nos dejaron sobre nuestros
hombros.
Dicen que, en el camino de la
vida, las huellas representan los momentos vividos durante el andar de nuestras
experiencias, pero recordar esas huellas sólo se consigue con las lecciones que
recordamos. Esos recuerdos son los que tenemos que llevar con nosotros en el
camino, la esencia de esas buenas, o malas, huellas que han acompañado nuestra
pisada, son las que de verdad nos pueden enseñar a pisar más fuerte y sobre un
terreno más seguro en el futuro.
Algunas personas (si sabes
gestionar tus relaciones sociales) seguramente las mejores, serán las que te
acompañen en un tramo u otro de la vida; pero hay huellas ocasionales, esas
aves de paso, que son las artistas
invitadas nuestra propia autobiografía. Hay quien dice que hay que
olvidarse de lo malo vivido, yo estoy de acuerdo con el argumento que se
resumen en que quien olvida su propia historia está condenad@ a repetirla; por
ello, no es tanto olvidar los malos momentos, sino recordar quién lo causó,
para ‘’verlas venir’’ en el futuro. Y a las buenas huellas, sólo darle las
gracias por lo aportado, y cuando su camino se vuelva a cruzar con el tuyo,
dale el mejor de los abrazos y saborea cada frase del saludo, pues puede
esconder otra sonrisa u otra lección.
Lo importante es saber qué meter
en tu mochila, ¿familia y amigos? Siempre, ¿amores? Cuidado por si el bolsillo
está roto, pero también, ¿recuerdos? Sólo los buenos, de los malos quédate las
lecciones para defenderte del futuro. Pues en el camino habrán luces, y
sombras, la vida es el camino en el que te encontrarás muchos golpes, los mas
duros quizá no estén bajo tu control, pero el camino está hecho para que te
repongas y lo andes, no para que te dejes vencer por él.
Dedicado a todas las personas que
en la vida se han forjado a causa de los buenos y, sobre todo, de los malos
momentos, porque a personas pasadas, pisadas pa’lante.
Y, por primera vez, dedicatoria
especial a Perry, Arita y Soul (ellas
saben quien son)
Te quiero, amigo
ResponderEliminar"quien olvida su propia historia está condenad@ a repetirla"; Totalmente de acuerdo, siempre quédate con lo bueno pero no olvides lo malo
ResponderEliminarVivir para aprender gran lección de vida
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