En el anterior post de #ViernEscrito, hablé de que me encuentro en un cambio de fase tras (casi a puntico de) finalizar una terapia que me ha llevado 3 años a mejorar quién soy y quién puedo ser, y eso que el camino es largo.
Hoy sin ir más lejos he encontrado una epifanía bastante divertida: es verdad que la vida da y la vida quita. Lo sé, he descubierto América, hacerme vuestro gurú (#ironía). Pero he recibido una patada, inesperada y previsible valga la incongruencia, pero sin pedirlo siquiera, antes de esa patada y a lo largo del día, he recibido abrazos de muchas formas. ¿La epifanía? Que todo sucede, si no por algo, de forma finita, no se acaba la vida tras un suceso, simplemente toca comenzar otra.
Y eso me ha llevado a cuando escribí lo que considero mi primera ‘’reflexión’’, además en un momento bastante cambiante, el primer año de carrera, ese limbo entre el instituto y la vida adulta donde tu invencibilidad sólo es equiparable a...tu imbecilidad, sólo hay que cambiar las letras de sitio y darle alguna patada al diccionario.
En aquel 22 de abril de 2009, lo que viene a ser ayer, redacté, si no recuerdo mal para una actividad de la universidad, el 23 de abril es el día del libro, así que supongo que sería por algo relacionado con la efeméride, el asunto es que, al preguntarme sobre qué escribir, redacté un texto breve sobre lo que supone enfrentarse a la hoja en blanco.
Llámame ego pero me siento bastante orgulloso de escribir lo que os muestro a continuación cuando tenía casi 21 años (los cumplo dos días después de cuando escribí el relato) y no sólo no era consciente de lo que hacía con mi vida, sino que no sabía ni lo que quería. Pero sí que tenía claro que sabía que escribir, es una de las actividades que me gustaría desempeñar a lo largo de mi vida, bien sea para leerlo sólo yo, para que lo lea mi grupo de amigos, o para llenar estanterías.
Espero que os guste.
‘’LA HOJA EN BLANCO
“La hoja en blanco”, ¿sobre qué escribir?, se pueden exponer diversos temas, expresarnos de mil formas y aún así quedarán temas por escribir. En mi corta experiencia y en mi ruidosa mente se oye la misma frase al respecto: “la creatividad permite escribir la hoja en blanco”. Probablemente me equivoque y quien lea este relato termine de leer en este instante porque no esté de acuerdo, o lo declare como insulso; pero pienso que cualquiera puede hacer que las palabras sean más que ello.
Bien por unos o por otros; vivimos en una época en la que cualquier persona tiene la capacidad de escribir, ya sea bien o mal, pero al fin y al cabo escribir, que ahí depende de qué se entienda por escribir. Porque estoy seguro de que hasta el más ilustre erudito puede ser superado por cualquier analfabeto, ya que los sentimientos que embellecen el vacío de la “hoja en blanco” no so creados por palabras correctas y tecnicismos o sentimentalismos creativos, sino por la sencillez de un pensamiento, por el gusto de la razón independiente que permiten que cada renglón tenga un sabor distinto al anterior.
Pero realmente qué es escribir, más aún, ¿qué es escribir una hoja en blanco?, sin la intención de convertir este relato en un texto filosófico, escribir una hoja en blanco es transmitir sensaciones, que quien esté leyendo se sienta emocionado por leer un texto auténtico y no marcado por la corrección y la expresión adecuada, sino por ideas, pensamientos, logros humanos; renglones que den muestra de un ápice de humanidad en el autor. Es que el lector, al terminar de leer, no piense en si el autor es un premio Nóbel de literatura o un inexperto escritor, sino que piense en cómo puede repercutir el texto que tiene enfrente, ya sea relato, novela o verso, en su ser. Puede que lo que escribo sea obvio y no esté haciendo más que otro ridículo en contar lo que otros saben, pero no me agobia esa idea; sé que cuando tenga una hoja en blanco no temeré de expresar mis pensamientos, ni cesaré en mi creencia de que cualquier persona puede escribir.”
La verdad, esa patada me ha dolido pero le deseo lo mejor y ojalá en un futuro se quede en una tontería, pero, cuando has pasado un bache, porque no es malo pedir ayuda ni saber que hay cosas en ti que mejorar, necesitas apoyarte en el avanzar propio y no regocijarte en el mal momento.
Los malos momentos pasan y son lecciones necesarias, quien te diga que su vida es perfecta es que simplemente no quiere compartir su realidad; pero esos abrazos de hoy me han sabido a gloria, una sonrisa cómplice en el trabajo que te ayuda a afrontar la rutina diaria; esa compañía de toda la vida que no te demuestra más que lo realmente importante es quererse en lo bueno y en lo malo; o ese aura que se crea cuando estás creando con quien mejor te puede conocer artísticamente.
Por eso este artículo lo dedico a los abrazos inesperados, a las patadas necesarias y constructivas (son las únicas a las que le doy las gracias por todo) y a las palabras que aún quedan por escribir, porque pase lo que pase, como dice Tai Verdes – A-O-K, al final, pase lo que pase, sé que estaré bien, si no ¿para qué estar?; porque #ViernEscrito, lo que acaba en punto y final.
PD: el video es la canción subtitulada =D
No me desagradaría vivir en tus pensamientos....estaría súper entretenida. Besotes
ResponderEliminarNo sé quien eres pero me puedo hacer una idea =D; debo avisarte que no siempre son entretenidos, me gustaría tener un botón de reducción de energía para pensar algo menos, o pensar mejor.
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