viernes, 23 de junio de 2023

#ViernEscrito 03. A un paso del siguiente peldaño.

Si me preguntas de qué se compone la vida, te contestaría que de pequeños tramos de escalera. Para mí el objetivo tácito del día a día, es fortalecernos para poder seguir avanzando, pero no de forma lineal en un terreno liso, eso no implica fuerza sólo resistencia al caminar; sino subiendo, la mayoría de las lecciones vienen dadas por malos momentos, o por lo menos, esas son las lecciones que más se quedan en nuestro ser.

Hace tres años, un 27 de junio de 2020, me dí cuenta de que algo no iba bien, dentro de mi cabeza me refiero, y decidí dar el paso de pedir ayuda. Cuando tuve que describir qué me sucedía, recuerdo que la sensación fue la de un bebé que frente a él tiene tan sólo 10 peldaños, pero que desde mi punto de vista, me sentía como una hormiga a los pies del Himalaya.

He estado en el psicólogo otras veces y en otras etapas de mi vida, no por vicio por la psicología precisamente, en mi edad más infantil por un episodio de bullying, acoso...putada a fin de cuentas; no recuerdo mucho las sesiones pero curiosamente recuerdo el lugar en el que acudía a terapia. Más adelante, de adolescente acudí por ansiedad, no saber gestionar mis experiencias (porque lo de gestionar emociones, ¿pa’ qué?), y luego en la universidad volví a darme de bruces con la realidad.

El momento por el que decidí con 32 años a focalizar mis energías en mí, vino cuando, tras varias experiencias en el mismo momento, mi piel reaccionó, sarpullido, urticaria...tenía unas habas con las que podía hacer michirones; por lo que me dí cuenta de que algo no iba bien.

Gracias a una de las mejores amigas que la vida pudo darme, dí con una psicóloga afín cien por cien a mi situación. Quizá por tener una visión más adulta, quizá por sentir una angustia máxima, quizá porque el universo quiso, no lo sé; pero sé que ha sido de las mejores experiencias.

He conseguido aprender a convivir con mi pasado, no sabría si decir que la experiencia fue buena porque tuve gente que me ayudó a levantarme (sin yo saberlo) o traumática por los golpes que recibí, prefiero simplemente pensar que fue. Con perspectiva, aprendes que las situaciones se dan, no son culpables, los culpables son quienes las ejecutan. Considero que es un tema delicado para tratar en pocos renglones, pero sí que os puedo decir que, EN MI CASO, porque sería ruin por mi parte hablar por otra persona que ha pasado por una situación de bullying o acoso escolar, he podido avanzar, perdonar a quien yo he querido perdonar y trabajar en que esa mala experiencia no tiene sino que servirme para aprender a valorarme, a defenderme, a saber que no debo achantarme sea quien sea quien me quiera achantar, y lo más importante, a quererme.

Sin darme cuenta, tirando del primer hilo, se fue deshaciendo una madeja que envolvía una persona fuerte, inteligente, cariñoso, amistoso, amable, ...y quejica, y (un su poquito) dramático, intenso y...y más defectos que mira, no debo decirlos yo, yo ya me los sé. Bromas a parte, esos hilos han ido cayendo, o los he quitado yo, y he descubierto quien soy, con mis grandes defectos y mis pequeñas virtudes. No busco ser perfecto, durante esta terapia, he buscado ser sólo yo. Y que el mundo me reciba como quiera recibirme.

La terapia suponía un crecimiento interno (porque externo no podría crecer más) en el que cada superación era un peldaño más. Y hoy, en mi última sesión, tras años de ejercicios, confidencias, examen interno y cargos de conciencia por como era en un pasado, he descubierto que la escalera no se recorre entera, siempre quedará un peldaño más por subir, que vivamos en una fecha presente, no implica que no queden nuevas lecciones en el futuro, o la propia modificación de nuestras creencias o nuestros valores según nuestras experiencias.

Al final, lo que nos queda, es lo que vivimos, mientras no hagamos daño a nadie con nuestra forma de ser, y si lo hacemos sepamos tragarnos nuestro orgullo y pedir perdón por nuestro error, todo viene rodado.

No puedo finalizar este post, sin AGRADECER¡¡¡ a todas y cada una de las personas que me han apoyado en estos tres años, y en los años anteriores, una de las cosas que más me impactó al realizar un examen de conciencia y conocer mis defectos y mis virtudes, no fue la suma de ellos, al fin y al cabo quien esté libre de pecado, que tire el primer comentario; sino las consecuencias de esas virtudes y esos defectos.

Puedo decir con la boca bien abierta, que tengo en una mano menos dedos que amigos íntimos, esas amistades que con los años se van forjando a fuego lento, con batacazos, discusiones, peleas, incluso tiempo sin hablarte, pero que están en primera fila con su gasa para curarte cuando te caes. Desde el colegio hasta mi vida adulta, son muchos los nombres que puedo decir, sin temor a equivocarme, que me han salvado en más de una ocasión. A todos ellos, gracias, gracias y gracias, y a mi familia también, porque son el sustento donde se apoyan mis valores, mi forma de ser, mi yo.

Ahora queda sólo, seguir luchando por ser un mejor yo, no por mí, sino por todos los que en algún momento cuentan, han contado, o contarán conmigo. Porque puedes ser la hormiga más fuerte, pero siendo tú solo, no llegas a la cima; yo no estoy en la cima, pero sé que la ladera la dejé atrás.

En favor de todos los que me han prestado su hombro para llorar, compañeros de colegio, hermanos que se hacen en el instituto y la universidad, o incluso ese amor que se hace un gran, gran y gran amigo, y las nuevas amistades de la edad adulta por primas que no son primas pero que te demuestran lo mejor y las amistades que de ellas derivan, o esa joya que me ha traído la música, y más gente que me dejo en el tintero que en algún momento de mi vida me ha ayudado a levantarme; pondría como canción Walk me home – Pink, porque nunca, nunca y nunca, me dejaron solo en los malos momentos.

Pero, si hay una canción que me defina y que vaya al hilo de lo que quiero transmitir en este artículo, la superación tranquila de que la vida sigue y tu fortaleza será la que dirima si un mal momento te afecta o te impulsa, creo que la decisión más acertada es Searchin’ my soul - Vonda Shepard, porque, como dice ‘’he estado ciego una parte de mi vida, me he recompuesto, y sé que queda mucho por vivir’’ así que tendré que estar preparado, porque después del socavón, o bache, todo va a estar bien.

PD: los chascarrillos innecesarios eran para reducir el tono de una reflexión que pretende ser positiva, y sí, tras este, el resto de post que vendrán serán sobre otras temáticas y menos yo. =D. Y siempre, siempre, habrán canciones subtituladas para ayudar a transmitir, lo que quiero transmitir. 

2 comentarios:

  1. Menuda reflexión.....tela....me llegó al alma

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    1. No me sorprende que te haya llegado al alma, precisamente a tí. Grcias muuuacks

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