Si te ''enamoras con el coño'', te chorrean gilipollas.
Vaya
mierda. Dicen que no hay dos sin tres, pero me apuesto que no hay día que sean
millones las personas que sufran…por estadística, por mala suerte…la premisa de
que para sonreír hay que sufrir siempre se cumple. Pero, ¿hasta qué punto es
fiable…o certera…tal afirmación?
Significa
que después del llanto viene la sonrisa…o que para reír hay antes que pasar por
un mal momento. Entonces por esa absurda y lingüística regla de tres, ¿los que
disfrutamos de una buena situación emocional en nuestra vida debemos perder
amistades o algo mas importante para encontrar el amor? Y porqué debe estar el
núcleo de error de lo que se cuestiona en la frase y no en el que la expresa.
No
percibimos hasta qué punto somos nosotros mismos los culpables de nuestros
errores sentimentales pero siempre decimos ‘’joder, puta frase, que verdad
tiene y qué poco me gusta que se cumpla’’. Pues entonces, haz porque no se
cumpla.
En
las relaciones sentimentales tendemos a encontrarnos en la costumbre de que
nunca sabemos actuar de forma correcta, aquello de que el ser humano se
tropieza con dos piedras…no, que la piedra se choca con el ser….tampoco, no
recuerdo bien como era…¡ah, si! Que el ser
humano es el único en chocarse con tantas piedras sean necesarias hasta
darse de morros con un muro de hormigón. No encuentro otro argumento.
Pero
el lugar a error lo crea que queramos ser con esa nueva relación como no
debimos ser en la anterior, y quizá si haya que ser como en la anterior…lo que
quiero explicar es que cada persona es un mundo, y nunca llegamos a conocer a
fondo a la persona con la que estamos, o creemos no conocerla bien. Intentamos
estrategias, pensamos con el corazón o nos dejamos llevar por nuestros bajos
instintos (situados en la parte intermedia del cuerpo humano)
Pero
quizá no debamos dar pasos firmes con planes concretos, ni llegar al antagónico
punto de vista de dejarnos llevar por el corazón…pero en este caso, no sirve el
juicio de que en el centro se halla la virtud…no creo, porque de la misma forma
que en el cuerpo se halla en el medio la parte mas divertida, si la usas mucho
se desgasta. Así que lo de intercambiar posturas (pensar con los pies y tener
estrategias con el corazón) tampoco creo que sirva.
Pero
tampoco sirve ‘’enamorarte con el coño’’ o ‘’pensar en alguien con la polla’’
(si, es vulgar y obsceno, pero a parte de que escribo yo, en las expresiones
vulgares se encuentra antes la claridad del concepto…cambiadlo por ‘’prendarte
de amor con la vagina’’ y veréis que no queda igual)…a lo que iba…otro de los
problemas que tenemos (siempre me incluyo porque si hablamos del pecado, y nos
gusta el pecado…es porque no podemos ni pensar en tirar la primera piedra) es
que nos dejamos llevar por nuestros impulsos sexuales y debemos recordar que
por mucho que nos halla hecho gritar un orgasmo, no deja de ser eso, sólo un
orgasmo.
No
podemos caer en la hipocresía de esperar encontrar el amor cuando nos manchamos
de fluidos al son de los dedos estirados y un ‘’joder cariño que bien has
estado’’ (expresión unisex); un follamigo vale, un amigo en raras ocasiones
(hago un inciso en raras) también, pero el amor no se consigue a golpe de
bragueta.
Y
luego está el punto de vista puñetero entre todos, pero que por desgracia es el
que mas nos asusta, o por temor a que sea verdad o porque no nos suene bien.
‘’boicoteamos nuestras propias relaciones’’…dicen que es cierto, pero claro
también dicen que se puede transmitir con educación en el vocabulario expuesto…pero
cuando algo te da rabia te sale un ‘’joder’’ y no un ‘’recorcholis’’…si, puede
ser cierto que nos fijemos instintivamente en lo que sabemos que no va a tener
futuro, porque nos compense pasarlo mal y echarle la culpa a otro y no
reconocer la paja en el propio, quiero decir, asumir nuestro temor al
compromiso o peor aún, a enamorarnos de alguien completamente nuevo que nos
cambie los esquemas.
Pero
eso debería considerarse generalizar mucho, ya que no todos tienen ese punto de
vista, algunos se fijan en quien no debe y no debe fijarse en tantos y tan
diferentes; lo malo es que no se cumple el patrón de conducta que nos gustaría
encontrar, y encontramos una conducta sin patrón que la gobierne y nos arrase
con viento y marea (alta, claro, la marea baja no consigue nada).
Entonces,
¿cómo sabemos si pertenecemos a los que se auto-boicotean o a los que tienen
mala suerte?...creo que la respuesta es mas que sencilla…si gritas ‘’no
encuentro a nadie normal’’ es que has buscado y encontrado en todo tipo de
gente eso que deseas tener; pero si dices ‘’tengo un ojo malísimo para los
tíos, siempre me encuentro gilipollas’’ no es que te auto-boicotees siempre (y
no soy quien para sentenciar a nadie, no me malinterpretéis, soy el primero en
equivocarse) ni a propósito, pero dentro de nosotros estamos acostumbrados
tanto a ese tipo de fallos que parece que nos cueste encontrar un pequeño ápice
de esperanza para nosotros y automáticamente pensamos ‘’no tengo suerte’’…la
suerte se la labra uno, pero, para variar, es mas fácil aconsejar que
hacer…ahora me he dado un ‘’zas’’ yo solito.
Volviendo
al inicio de la diarrea mental, si la situación en la que nos encontramos es la
de ver a alguien que aunque sepamos que no nos merece la pena acabaremos yendo
a ver (porque todos somos humanos) ser fuerte, y tener presente que aunque
duela, porque siempre duele ver a nuestro verdugo antes de la horca, hay que
sentir con los pies, ser consciente de qué sentimientos podemos manifestar y
cuales debemos reprimir, porque ahí se encuentra la debilidad que siempre nos
rompe, el verl@ y saber que aún existe muy dentro de nosotros. Porque lo que
importa es siempre ser uno mismo el primero de nuestros pensamientos, ya que si
piensas con el coño sólo te chorrean gilipollas y experiencias negativas cuyo
recuerdo latente no hace mas que ralentizar nuestra forma de ver algo que puede
ser muy bueno. Así no será un amor obsoleto y oxidado el que practiquemos con
nuestro nuevo hallazgo, a veces ayuda cambiar de zona de ocio, o de grupo de
amigos, pero no seré yo quien diga cómo hacerlo.
Para
todos los ''coños chorreantes de experiencias desconcertantes'', porque sentir con
los pies no puede ser tan malo, si nuestros instintos y el buen juicio no
funcionan.
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