viernes, 14 de julio de 2023

#ViernEscrito 06. Talla grande, ande o no ande, ande y que les den.

Qué importante es la propia aceptación, por mantener la autoestima, pero sobre todo, para mantener la cordura. Puede resultar manido el argumento de este artículo pero quiero contar mi golpe en la mesa por esa obsesión tallística (que me perdone la RAE) tallada en la imagen. Como siempre, comenzaré por partes.

No voy a hablar de que todo cuerpo está bien y stop gordofobia...etc. Hay gente más y mejor dedicada a ello, simplemente expreso mi opinión, y es que si la pregunta es ¿estéticamente todos los cuerpos son bellos? Te contestaré que sí, por que si nos agarramos a la historia, según la época que referenciemos, podremos observar que la figura voluptuosa era sinónimo de riqueza; pero si hablamos de hoy día, encontramos diversos extremos, en los que la delgadez y la XS es lo que se lleva (tendencia, y si no es tu fisionomía, también se lleva tu salud); y casos como el que ví en El País, buscando información para este post, en el que hablan de que la tradición de que la mujer engorde para gustar al hombre se sigue poniendo en práctica en algunas zonas de Mauritania, supongo que para compensar el tamaño microscópico de los hombres que comenzaron aquella tradición.

Tradición, qué bonita palabra y cómo nos agarramos a ella para mantener vivo lo que nos interesa o nos gusta, sin querer ser conscientes del daño que puede causar. La noticia que he enlazado en el párrafo anterior me ha impactado sobremanera.

Respecto a mi experiencia, sí tengo sobrepeso, pero no considero que sea un sobrepeso demasiado exagerado, quizá porque con mi metro noventa tengo más espacio en el que repartir las grasas, no sé. Pero la fortaleza de un cuerpo grande (eufemismo de la palabra que más os guste) no reside en su peso, ni en la resistencia del mismo, sino en el cerebro que lo conduce.

En mi caso, mi cuerpo grueso dejó de estar bien cuando me afectaba a la salud. He follado lo que me ha dado la gana y más (Perdón mamá y papá por leer esta frase, pero es un hecho) y tengo muy claro que la vida es actitud, pero, cuando la mentalidad no es fuerte, y la salud achaca, ¡ojo! Quizá no sea un asunto de aceptación, sino de cuidarse. Mi situación era obvia, la cadera, con menos peso, resiste más, así que me tocó cuidarme, pero comencé por la ansiedad y mi histérico gusto por la comida, antes que meterme de lleno en un gimnasio y dejar de comer.

¿Acepto mi cuerpo? Comienzo a ello, ya no me da tanto agobio hacer ejercicio en el gym delante del espejo y que al levantar dos mancuernas de 7’5kg en cada mano, que para mí es como si el perro de Asterix, Ideafix, levantara el menhir de Obelix; y que se viera la barriga pidiendo auxilio por las calorías quemadas. Ahora digo ‘’si está ahí, y no quiero que esté, tendré que seguir trabajando’’.

Pero justo cuando piensas que estás en el buen camino, comienzas a comer en base a tu situación individual (no todas las dietas sirven para todos los cuerpos), a hacer el ejercicio que necesito, me doy cuenta que tengo que comprarme ropa para poder ir al gym, salir a la playa, esas cosas que tenemos derecho todos. Y me encuentro con otra barrera, las tallas grandes, que bonito suena ‘’grande’’, se te llena tanto la boca pronunciando la N de esa palabra que puedes estar sin comer tres días...y a veces debes hacerlo.

Siempre he recurrido a marcas que no voy a mencionar por respeto a que quedaría feo decir que Decathlon y C&A han ido quitando ciertas tallas grandes que tenían antes, la primera se ve que ya ha conseguido el objetivo de que todos nos pongamos en forma, y oye, ya no hace falta una 3XL que me quepa, me baño desnudo que así tomo el sol en todas partes; y la segunda cada vez pone menos ropa de tallas grandes porque dispone de ello en su tienda online, por fomentar el comercio a distancia y tal, como la UNED de los indelgados. ¡Ojo! En ningún momento quiero iniciar ningún movimiento anti-corporativista por dos motivos, el primero es que sus dependientes me hicieron sentir muy bien y no hubo faltas de respeto, sólo información; y el otro es que con las visitas que tengo el único ruido que puedo hacer es el de mis teclas al escribir.

Y porque pienso que, si ellos como empresa privada tienen libertad de modificar su producto, yo tengo todo el derecho del mundo de comprar en otro sitio. Pero tampoco quiero pasarme, se preocupan por mi salud, primero el sacrificio de bajar de peso, y luego el beneficio de poder ponerme ropa o bañarme en una piscina. Y eso que mis bañadores y ropa deportiva son de Decathlon y C&A, ahí mi molestia, ahora que estoy bajando peso, no encuentro talla, bah, continuo con lo importante del texto.

En fin, párrafo de cabreo a parte, siempre nos quedarán otras marcas, es cuestión de buscar y adaptarse, ¿no sería maravilloso tener un cordón en la cadera, tirar de él y que la barriga y los muslos encojan? Pues no, como dibujo animado puede hacer gracia si ves un cortometraje o una serie, pero en la vida real la sensación es más bien otra.

Nos venden el marketing de que hay que aceptarse, mindfullness, fluye y bebe que la vida es breve...en fin, palabras bonitas con las que posicionar las marcas. Pero es que el problema es ese, que la mayoría de usuarios de a pie no miran más allá de lo que necesitan, yo he trabajado para una agencia de marketing y puedo conocer un porcentaje mínimo con el que saber qué debe y qué no debe afectarme como consumidor.

Pero la ventaja de los villanos anti-grasa, está en que la confusión es tal que el usuario se deja llevar, compra lo que le pones, los remedios milagrosos, y ahí reside el problema, lo que mencionaba antes, que debemos ser fuertes mentalmente porque las consecuencias pueden llevarnos a pasar por una habitación de hospital. No pretendo ser tremendista ni mucho menos, pero esa situación se puede dar, en trastorno del comportamiento alimenticio al dejar de comer bien, probar algo milagroso y maravilloso que comprar por internet...en fin. Temas que darían para mucho y que no puedo abordar en unos pocos párrafos.

Si mis palabras llegan a alguien que se identifique con algo de lo que haya puesto en este texto, lo único que le puedo decir como persona que ha sufrido el critiqueo por el físico, el rechazo de una cita por estar gordo, o la vergüenza de un cuerpo propio, como si eso fuera lo que nos define por dentro; es que pida ayuda a gente profesional, y en caso de no disponer de mucho dinero, hay organizaciones que se dedican a ayudar a personas sin recursos que necesiten trabajar su salud.

No hablo de cumplir los cánones de belleza, a esos, que les den bien fuerte porque lo que para uno puede ser una buena imagen, para otro puede ser un problema de salud, ya que no es sólo la estética, es estudiar nuestro cuerpo, si presentamos algún tipo de enfermedad previa, o a causa del sobrepeso, salud mental…, son muchos los factores a tener en cuenta para vernos en el espejo como nos merecemos ver, sonriendo.

Perdonar que me haya extendido pero este tema me toca de cerca. Para finalizar siempre utilizo una canción, si sois románticos en la idea, os recomiendo Size Matters – Natasha Bedingfield en el que habla, en resumen, de que el único tamaño que importa, es el del corazón (se oye un gran ohhh en la sala), pero, la canción que yo necesito poner en este post es Todos le llamaban gordo aunque el prefería que lo llamasen pa comé – Mojinos Esozios por dos motivos, el primero porque los Mojinos siempre caen bien, el segundo, que de pequeño en el colegio había una persona que iniciaba el que viene, que viene, para reírse de mi físico y lograr hacerme sentir mal, ahora, francamente, me da igual (porque poner me la suda también quedaba feo).

Dedicado a los que se han sentido mal por su físico, porque lo que importa es el gran tamaño de la personalidad, frase de taza de regalo lo sé, pero es que, en mi caso, sé que es cierto, rodéate de gente que te quiera, de profesionales que te guíen, y de una tela que te haga sentir guap@, talla grande, ande o no ande, y ande y que les den bien; porque pa' gordos, pa' gordos mis renglones. Porque #ViernEscrito está, lo que acaba en punto y final. 

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