viernes, 11 de agosto de 2023

#ViernEscrito 10. El seguro salto al vacío.

Este post es, más bien, una nota de ‘’traslado’’. Inicié el blog hace 12 años con la intención de escribir, no hace falta ser muy listo para darse cuenta de que no fui del todo constante. A día de hoy observo que, en mi caso, era falta de madurez emocional, debía pasar por un camino que ya he recorrido y que me lleva ese cambio que voy a dar.

A partir de la semana que viene estaré en una web que nace de cero, www.rafaescribe.com (no está activada aún) pero estoy trabajando en ello. En esa web escribiré mis reflexiones, bautizadas bajo #ViernEscrito, y también relatos, entre otras cosas que mi mente tiene en su mente.

Seguramente se quede en otro intento más de los muchos que hay en internet, de gente que tiene algo que contar. Pero, desde este lado del teclado, siento bastante expectativa, es como un salto al vacío, pero sé que tengo una gran red de seguridad. Esa gente que, en cada proyecto en el que me he embarcado, y ha naufragado, ha estado ahí para recoger los pedazos, recomponerlos y hala, a correr.

Y, como no, me surge una pregunta, ¿por qué nos da tanto miedo enfocarnos en lo que más nos gusta? Cuando es un simple hobby, lo hacemos sin el mínimo esfuerzo, a todos nos pasa con amistades o familiares que hacen actividades que no van con nosotros, y al verlos, pensamos ‘’joder, qué difícil’’ y esa persona nos contesta ‘’¡qué va!’’ mientras se baja de la bicicleta en la que hacía croché mientras cruzaba el himalaya.

En un momento u otro de nuestra vida, queremos dar un paso decisivo en una meta que queremos alcanzar, y lo que te frena quizá sean esas mil preguntas tomadas del cosquilleo que supone lanzarse, pero lo valiente no está en el salto, todos sabemos tirarnos de cabeza a un proyecto, lo valiente está en saber coger esas cosquillas que se forman en el estómago cuando tomas la decisión de enfrascarte en un proyecto, y en lugar de ser un freno natural, tomarlo como el chute de energía que hace falta para trabajar con sensatez en el proyecto que sea, montar tu página web para escribir, crear tu propio negocio, formar una familia…, lo que cuenta es que estés preparado para todas las hostias que llegarán sin que la vida te haya preparado, y de esa forma, resistir cualquier golpe.

Como me gusta decir, en mi caso tuve que pasar por un proceso de introspección, no era simplemente el ‘’soy más vago que el suelo cuando está de resaca’’, era ‘’quiero hacer, pero no me atrevo’’. Superado ese momento de auto-toxicidad, sé que quiero intentarlo, sé que me puedo pegar una hostia, pero también tengo clara una cosa muy importante.

Y es que, he conseguido transmitir.

El anterior renglón comenzaba con un si tengo 4.000 visitas en mi blog…, vanidad, puedo levantar el dedo, mover el cuello, poner morritos y soltar un discurso vacío. Si hubiera sido así, mi salto al vacío, habría acabado en la UVI emocional. Por eso he puesto ese renglón en separado. En estas últimas semanas de #ViernEscrito, he experimentado algo que, como aspirante a escritor, es muy gratificante; no se trata del feedback y los comentarios de la gente que me quiere, tengo a la mejor gente del mundo así que sus comentarios e impresiones sobre lo que redacto lo tengo siempre que lo pida.

Pero algo que valoro al mismo nivel pero con distinta emoción, es la respuesta de gente a la que puedo llevar perfectamente 20 años sin tratar, o que son ‘’amigos de amigos’’ con los que tengo un trato muy cordial; y porque desconozco la impresión de los desconocidos que me han leído, no conozco a cuatro mil personas, eso seguro.

Así que, si el feedback ha sido positivo, y sé transmitir con mis palabras; creo que estoy listo para dar un paso más y dedicarme al hobby que me llena, diría ‘’dedicarme más’’ pero eso implica dedicación anterior.

Y siempre estará el miedo de ‘’¿estaré haciendo el ridículo? ¿a quién le va a gustar mi texto? ¿de verdad sirvo?...¿a qué huelen las nubes en el ciberespacio?’’, antes me ahogaba en esos pensamientos, ahora cojo y digo ‘’si hago el ridículo que no miren, no se escribe al gusto de todos’’ y seguir aprendiendo y conociendo opiniones, no son importantes por el cacareo de te leo y te doro la píldora, sirven porque como alguien que quiere escribir, cada opinión, es una forma de entender lo que el que ha leído quiere leer o recibir. Por ello no puedo estar más que agradecido a cada persona que se ha molestado en decirme su opinión (siempre constructiva), aunque sólo sea por el hecho, de que se ha molestado en leerme.

No podía elegir mejor canción para el empuje que quiero transmitir, en una parte de la canción dice algo, más o menos así: ‘’Hay una luz en ti que brilla a través de todo; tienes que agarrarte fuerte, llegar alto y decir que todo va a estar bien’’, no soy de los que se repiten mantras ni frases de Mr.Wonderfull. A mí lo que me sirve, es escuchar música, y ese mensaje es el que deja claro Beverley Knight (feat. Mark Ronson) – Everything’s gonna be alright

Además, los que me conocéis, sabéis que no podía elegir otro tipo de canción. Da igual si te pones música y cantas bien alto, o eres de los que se pone un post-it en el espejo, o habla con esa persona vitamina; lo importante es que tengas claro, en cada paso que emprendas, que si lo das con seguridad, templanza y decisión; tiene que acabar bien, porque todo está en la filosofía que le apliques a tu vida, ¿si no sale bien? Te levantas y sigues, hasta que salga bien, porque si no acaba bien, es que no es el final.

Dedicado a todos los valientes, que se atreven a dar un paso y saltar a su objetivo. Gracias por todas las lecturas, nos vemos en unos días en www.rafaescribe.com

viernes, 4 de agosto de 2023

#ViernEscrito 09. Inspiradoras personas que tiran pa’alante.

Tengo un defecto, quizá virtud, depende de quien lo mire; y es que me gusta observar la vida con ojos ajenos. Te da una perspectiva interesante de lo que tú opinas desde la experiencia de otros, lo que te ayuda a abrir el campo visual de tu entendimiento por las lecciones que en un solo golpe de aire pueden pasar ante ti.

Hoy quiero hablar de tres historias en las que se refleja que siempre hay un momento de decir ‘’hasta aquí’’ y tirar pa’alante, algo que me emociona siempre, conocer gente que ha aguantado hasta cierto límite y han sabido hacerse fuertes, dar un golpe en la mesa, salir de la comodidad de una situación ya conocida y anteponer su amor propio frente al aprovechamiento vil de otra persona.

No voy a entrar en género, puedo hablar de hombres, mujeres, viceversas y transexuales; creo que la barrera se acaba cuando hablas de una persona sin especificar, un poco como el CV anónimo; en este caso importa la historia y la lección. Los que me conocéis sabéis que no me tiro faroles, los que no pero me leéis, no puedo hacer más que dejarlo a vuestra creencia.

A la persona A me la presentaron hace muy poco, nada mas sentarme en frente, comenzamos a hablar como si nos conociéramos de toda la vida, esas conexiones que muy raras veces pasan (y que por suerte aún se mantienen después de la primera cita) me contó una historia que le pasó con otra persona, en resumen, tema de cama, pero de muy mala gana. Típica historia de ‘’cuando yo quiera y como yo deba’’, me tuve que sentir identificado, y supongo que no seré el único. Esa historia que cuando te la cuentas sólo puedes pensar ‘’ya tienes ganas de aguantar’’ pero que por dentro lo único que mantienes es esa esperanza de que mejore, de que te den calor con un abrazo, y empiezas a permitir y a permitir, hasta que llega un momento en el que te miras en el espejo y piensas ¿hasta qué punto puedo decir basta? Y te cansas de ser el trapo que a veces está impoluto encima del pollete (soy murciano no puedo usar ‘encimera’) y que otras está en el suelo sin importar si pilla polvo o lo pisan. Parece una tontería, pero algo tan simple como mantener un NO, implica valentía, sobre todo cuando han estado jugando contigo 4 años. Algo que no todo el mundo aguanta.

La persona B tiene fuerza desde el día que la conocí, hará unos 25-27 años (y os recuerdo que tengo 35). En ese momento entendí la que fue, seguro, de las primeras lecciones que adquirí en el inicio de mi bullying, podemos vivir algo que no nos ha pasado nunca, pero eso no significa que no nos pase. Gracias a B, abrí los ojos, pude ver que no estaba sólo, de hecho, también pasó por una etapa bastante más dura que la mía. Lo curioso, que en el paso de los años, cada vez que la veía, su cara reflejaba siempre una sonrisa, con un atisbo enorme de esperanza, porque si personas como yo arrastran una mochila, la suya es de deportes de montaña, ya ha sobrepasado su cabeza. Pero su forma de afrontar la vida es seguir, seguir, y luego, seguir siguiendo, valga la redundancia, pero sin olvidar de donde viene, sobre todo para no repetir esos golpes (a veces metafóricos, a veces literales) que la vida le ha puesto en su camino. Soy partidario de que todos jugamos en la misma liga, algunos con un mejor pasado que otros, pero si tuviera que poner a alguien en alto, porque se merece una racha de paz y alegría, sería a esa persona.

La persona C ha ocupado un lugar muy importante en mi agenda de amistades en pocos años, al igual que la persona B, lo que admiro es su entereza y continuidad, pero por una historia totalmente distinta a la anterior, en este caso hablo de esa gente que, teniendo acceso a todo, no ha tenido gran cosa; nos deberían enseñar tatuado a fuego desde bien pequeños que, en la vida profesional, vale lo que demuestras que vales, puedes tener mil títulos, el mejor apoyo económico, que si no demuestras tu valía, tu nombre queda vacío. Esta persona lleva prácticamente dos décadas demostrando algo, que yo mismo sé que no todos aguantaríamos, la entereza de mostrarse ante un edificio, ver el ático y decir ‘’quiero llegar ahí’’, y conquistar cada piso del rascacielos hasta conseguirlo. Admiro mucho a la gente que, como C, ha tenido que labrarse todo desde cero. En mi caso de hecho, fue fácil, pude estudiar sin tener que preocuparme del medio económico (al menos la primera titulación claro) pero C es de esas personas que antes incluso de la mayoría de edad, tuvo que saber lo que era crecer por sí mismo, demostrar su valía en un mar de tiburones, y ganar con creces ser quien quiera ser en ese mar, con la particularidad, de que su piel es de acero.

Podría explayarme más en cada una de esas personas, desarrollar mejor su historia, pero quería centrarme en el mensaje más directo. A me refleja ese instinto que tenemos todos de dejarnos querer, pero que en ocasiones nos dejamos llevar tanto que nos olvidamos de querernos, y hasta que no ven que el agua pasa por encima de la cara, no se dan cuenta de que están inmersos en medio de la nada, dándose cuenta en el momento más inesperado, que somos nuestra propia orilla para salir del agua.

B es de esas fieras de las que más de uno deberíamos aprender; nunca quiso ser fiera, pero cuando tu vida parece tocada cuando no eres consciente de que estás viviendo por que la infancia y la inocencia son la etapa que vives, ¿cómo puedes pedirle paz mental a alguien, que ni siquiera sabe lo que es el amor propio? Para mi van ligados de la mano y, por desgracia, son muchos los que aprenden de la forma más antigua de enseñanza que hay, la caída y el me-levanto.

C es de esos delfines, inteligente y rápido, que sabe afilar sus dientes para desenvolverse entre tiburones sin ser atacado, pero que en sus comienzos, nadaba con la misma calidad que Bambi al comenzar a andar, no tuvo la suerte que tuvimos algunos de que nos avanzaran con el barco hasta cierto punto de inicio de carrera, tuvo que descubrir el agua por sus propios medios, aprender a fortalecerse por sí mismo y a darse la palmada que a todos nos viene bien.

A todas esas personas que son valientes anónimos, el agradecimiento enorme lo tendré siempre por dejarme oír su verdad y ayudarme a entender en qué consiste la vida, porque no todos tenemos la misma y no todos la afrontamos igual. Como siempre un tema, esta vez en inglés, pero con video subtitulado por supuesto, para ese momento en el que necesitas frenar de tu propia vida, abrir una ventana, respirar, y decir no quiero hacer nada, sólo sentarme y ser. Thursday – Jess Glynne.

Porque tenemos derecho a levantarnos, y no sentirnos inseguros. Porque #ViernEscrito está, lo que acaba en punto y final.

viernes, 28 de julio de 2023

#ViernEscrito 08. Sólo un abrazo.

 Nunca había sido tan consciente de cómo puedes cambiar tu propia perspectiva de un mismo tema en tan poco tiempo. Hace unos 11 años, escribí un post en este mismo blog que se llama ‘’Cuando te enamoras con el coño, te chorrean gilipollas’’ en honor a una amiga que me decía que su mayor problema es que se enamoraba con el coño, a lo que añadí que cuando te enamoras con el coño o con la polla, al final, lo único que te chorrean, son gilipollas (gilipollos, y gilipolles).

El decir que me he dado cuenta de cómo puedes cambiar tu forma de ver las cosas, es que cambiaría varias cosas de ese artículo, supongo que por mis experiencias vividas, lo escribí teniendo 24 y hoy, a mis 35, sé que modificaría algunos párrafos, o intentaría explicar mejor otros. En eso sí que pecamos todos, lo que sentenciamos hoy, quizá lo rectificamos mañana.

Es muy fácil desde fuera decirle a alguien que cuando se enamora con el coño le pueden chorrear gilipollas; sería igual de verdad que decirme a mí que al enamorarte con la polla sólo golpeas piñatas vacías. El sexo por el sexo está genial, ¡ojo! No iré yo precisamente de casto y de relaciones eternas, de hecho a día de hoy no he tenido novio nunca (mi psicoanálisis del por qué lo plasmaré en otro post...si eso). Pero lo importante de cada acción física que realicemos, debe ir acompañada siempre de un pensamiento acorde a dicha actividad.

No puedes pensar sólo en echar un polvo, y luego enfadarte cuando esa persona no te toma sentimentalmente en serio; y recalco lo de sentimentalmente, porque el hecho de buscar sólo sexo no te hace mejor ni peor persona, no te convierte en una puta o un chulo, ni tampoco te hace el campeón o campeona social, pero cuando sólo buscas sexo, te predispones a que la otra persona sólo quiera eso contigo.

Pero entonces, ¿por qué buscamos ‘’solo sexo’’ cuando en realidad queremos algo más?. La línea es fina, y reconozco que la he cruzado muchas veces. Comienzas sintiendo la excitación del contacto con otra persona, y si encima hay buena química entre los dos, la excitación parece intensificarse. Tras unos minutos (el baremo de tiempo depende de cada persona) o incluso horas, (los afortunados), cuando te quedas a solas, lo único que puedes pensar es en ducharte y después en el siguiente plan.

Y pasan los días, miras el móvil como quien está pendiente de que salga su número de la lotería, y tras mirar la pantalla, descubres que no sale cuanto tú quieres que salga. Entonces te enfadas, le pones a parir con tus amistades más íntimas, y cuando te escribe un mensaje entonces contactas con todas esas amistades íntimas para decirles que te has pasado y que si algún día se lo presentas no se les escape...en tu cabeza ya estás llegando a la segunda o tercera película de vuestra relación no materializada.

Volvéis a quedar, volvéis a la excitación, ahora una excitación madura porque ya os conocéis sexualmente y sabéis cómo interpretar los gemidos, qué zonas del cuerpo tocar y cómo tocarlas. Y otra vez el momento de soledad. Cuando se repite dos o tres veces y ves que no hay un ápice de intimidad (en ocasiones no hay ni conversación), es cuando llega esa sensación de auto-repudio en el que te sientes sucio/a, y en tu cara se muestra sólo la decepción.

Al principio es con esa persona ¿te puedes creer que pasa de mí?, claro que te lo crees, nunca hubo un compromiso por parte de los dos, simplemente se inició el follamiguismo. Y entonces, despiertas.

Ahí es donde quería llegar antes, si buscas sólo sexo, debes estar preparado mentalmente para la consecuencia de sólo sexo. Otra cosa es que el solosexo derive en varias citas y poco a poco se materialice en una relación.

Pero lo que no puedes permitirte a ti mismo es confundirte en tus sentimientos y tus anhelos, por eso digo que en 11 años y tras muchas experiencias y conversaciones del tema con mis amig@s; digo que cambiaría varias cosas de ese post. Porque para saber qué es lo que no quieres en tu vida, debes conocerte y quererte bien, y cuando escribí ese post sentencié varias actitudes en las que hoy en día no sería tan tajante.

Por que se disfruta con el coño y se enamora con el corazón, pero las mezclas, como dirían los que beben alcohol, a la larga son perjudiciales. Y en el fondo descubres, que en realidad, más que echar un buen polvo, lo único que buscabas era sólo un abrazo.

Para los que sabemos que queremos un abrazo, y el inicio de una conversación delante de una bebida en una terraza; para l@s que saben que sólo quieren jugar con su coño/polla, y para todas esas amistades que tanto nos aguantan tras la caída.

No se me ocurre mejor canción para este post que Alone del grupo Heart. Porque todos encontremos, simplemente, lo que estamos buscando, sin complicaciones, porque #ViernEscrito está, lo que acaba en punto y final.


viernes, 21 de julio de 2023

#ViernEscrito 07. Utopía, para (dis)gustos, colores.

 No se puede negar que la política sigue agitando la sociedad, a nivel universal a pie de calle, y a nivel particular en la mesa de tu casa. Resulta curioso como, cuando debatimos con nuestros familiares o amigos, se parte de un punto común, y se acaba en la correspondiente discusión (o bronca si hay gritos de por medio) con las diferencias que ejercen presión sobre el argumento.

Buscando información sobre por qué no se llega a un entendimiento, encontré un artículo de la Universidad de Navarra en el que el investigador David Thunder del ICS de la misma universidad, en España no hay una cultura de diálogo; lo entiendo perfectamente, porque en los pequeños círculos en los que he tenido la oportunidad de hablar de actualidad política como ciudadano, difícilmente se llega a un punto en común, siempre hay consenso de un problema a solucionar, pero no en el modo.

Me surge entonces la pregunta de que, si nosotros a pie de calle, sin la presión de tomar una responsabilidad determinante, no podemos ponernos de acuerdo en como esbozar desde nuestra ignorancia una posible solución ¿con qué criterio se lo exigimos a los que tienen en sus manos el poder de cambiar las cosas? Luego recuerdo lo que cobran y sus condiciones laborales, y entiendo por qué le pedimos que sean coherentes, dialogantes y, puestos a pedir, adultos.

Durante estos últimos años parece que el nivel de crispación durante las sucesivas campañas electorales (si tiro de hemeroteca seguro que me remonto un par de décadas) ha ido en aumento y a cada nueva campaña que se anunciaba, parecía que el nivel aumentaba, y lejos de parecer llegar a un techo, siempre ascendía un piso más, ¿llegará al final del mal ambiente? No lo parece.

Entre las cortinas de humo, lo que no se sabe, y lo que no se quiere saber; es más factible que los ciudadanos ‘’anden a la gresca’’ en términos políticos, de esa forma es como si no estuviéramos pendiente de los errores que cometen los dirigentes y así disponemos de un criterio pasional a la hora de elegir papeleta, que uno informado y meditado.

Al fin y al cabo, la política es una actividad difusa que no pertenece a ningún sistema político, a ninguna criatura ni a una geografía específica (Artículo de Ágora, 2019); así que se podría decir que por cada pensamiento puede haber un sentimiento político diferente. Pero pensando, recordé que si han habido momentos históricos en los que se ha puesto de acuerdo dispares ideologías, en nuestro país, sin ir más lejos, tenemos un claro ejemplo, la Constitución que nos regala un día festivo todos los años.

Dejando aparte la urgente necesidad de actualización de la misma. Si una vez pudimos estar de acuerdo bajo un fin común de avance general del país para avanzar como sociedad (qué bonita y pedante expresión) ¿cómo es posible que no seamos capaz de ponernos de acuerdo en medidas que nos hagan avanzar en educación, investigación científica y medioambiental, sanidad, vivienda...y un largo etcétera que no depende de ideología sino de sentido común?

Considero, como la mayoría de las personas que hablo, cada una de su propia ideología, que las cosas no cambiarán porque a los que pueden cambiarlas no les merece la pena cambiarlos; es, quizá, el pensamiento más triste que un votante puede tener. ¿La imagen? Un partido de tenis donde se van pasando la pelota de un lado a otro, subvencionado por el dinero de todos, y sin la gracia y arte que puede tener un profesional del tenis como Carlos Alcaraz.

Parece que tanto color en nuestras banderas y parlamento, y lo vemos todo negro, ausencia del color, no porque no haya color, sino porque a pie de calle parece que no quede esperanza, es como si nos hubiéramos abandonado a la idea de que nos gobiernan otros y entonces no hay más que dejarse llevar. ¿No habrá inconscientemente un sentimiento de control de masas en todos los partidos, indistintamente de su ideología? Al fin y al cabo, en lo que si se coincide desde un extremo a otro, pasando por el centro que a más de uno le gustaría; es que el primer motivo de presentarse, es seguir en el candelero, y luego ya, hacer algo por los demás.

Dedicado a los que como yo, creen que el sistema no está mal diseñado, pero sí que está mal gestionado. Por que un día haya una política coherente, consensuada y a favor del avance de un mismo territorio, donde se tenga en cuenta la ideología pero prime el punto en común; quizá esa sea la mayor utopía. En este post no hay música. Porque #ViernEscrito está, lo que acaba en punto y final. 

viernes, 14 de julio de 2023

#ViernEscrito 06. Talla grande, ande o no ande, ande y que les den.

Qué importante es la propia aceptación, por mantener la autoestima, pero sobre todo, para mantener la cordura. Puede resultar manido el argumento de este artículo pero quiero contar mi golpe en la mesa por esa obsesión tallística (que me perdone la RAE) tallada en la imagen. Como siempre, comenzaré por partes.

No voy a hablar de que todo cuerpo está bien y stop gordofobia...etc. Hay gente más y mejor dedicada a ello, simplemente expreso mi opinión, y es que si la pregunta es ¿estéticamente todos los cuerpos son bellos? Te contestaré que sí, por que si nos agarramos a la historia, según la época que referenciemos, podremos observar que la figura voluptuosa era sinónimo de riqueza; pero si hablamos de hoy día, encontramos diversos extremos, en los que la delgadez y la XS es lo que se lleva (tendencia, y si no es tu fisionomía, también se lleva tu salud); y casos como el que ví en El País, buscando información para este post, en el que hablan de que la tradición de que la mujer engorde para gustar al hombre se sigue poniendo en práctica en algunas zonas de Mauritania, supongo que para compensar el tamaño microscópico de los hombres que comenzaron aquella tradición.

Tradición, qué bonita palabra y cómo nos agarramos a ella para mantener vivo lo que nos interesa o nos gusta, sin querer ser conscientes del daño que puede causar. La noticia que he enlazado en el párrafo anterior me ha impactado sobremanera.

Respecto a mi experiencia, sí tengo sobrepeso, pero no considero que sea un sobrepeso demasiado exagerado, quizá porque con mi metro noventa tengo más espacio en el que repartir las grasas, no sé. Pero la fortaleza de un cuerpo grande (eufemismo de la palabra que más os guste) no reside en su peso, ni en la resistencia del mismo, sino en el cerebro que lo conduce.

En mi caso, mi cuerpo grueso dejó de estar bien cuando me afectaba a la salud. He follado lo que me ha dado la gana y más (Perdón mamá y papá por leer esta frase, pero es un hecho) y tengo muy claro que la vida es actitud, pero, cuando la mentalidad no es fuerte, y la salud achaca, ¡ojo! Quizá no sea un asunto de aceptación, sino de cuidarse. Mi situación era obvia, la cadera, con menos peso, resiste más, así que me tocó cuidarme, pero comencé por la ansiedad y mi histérico gusto por la comida, antes que meterme de lleno en un gimnasio y dejar de comer.

¿Acepto mi cuerpo? Comienzo a ello, ya no me da tanto agobio hacer ejercicio en el gym delante del espejo y que al levantar dos mancuernas de 7’5kg en cada mano, que para mí es como si el perro de Asterix, Ideafix, levantara el menhir de Obelix; y que se viera la barriga pidiendo auxilio por las calorías quemadas. Ahora digo ‘’si está ahí, y no quiero que esté, tendré que seguir trabajando’’.

Pero justo cuando piensas que estás en el buen camino, comienzas a comer en base a tu situación individual (no todas las dietas sirven para todos los cuerpos), a hacer el ejercicio que necesito, me doy cuenta que tengo que comprarme ropa para poder ir al gym, salir a la playa, esas cosas que tenemos derecho todos. Y me encuentro con otra barrera, las tallas grandes, que bonito suena ‘’grande’’, se te llena tanto la boca pronunciando la N de esa palabra que puedes estar sin comer tres días...y a veces debes hacerlo.

Siempre he recurrido a marcas que no voy a mencionar por respeto a que quedaría feo decir que Decathlon y C&A han ido quitando ciertas tallas grandes que tenían antes, la primera se ve que ya ha conseguido el objetivo de que todos nos pongamos en forma, y oye, ya no hace falta una 3XL que me quepa, me baño desnudo que así tomo el sol en todas partes; y la segunda cada vez pone menos ropa de tallas grandes porque dispone de ello en su tienda online, por fomentar el comercio a distancia y tal, como la UNED de los indelgados. ¡Ojo! En ningún momento quiero iniciar ningún movimiento anti-corporativista por dos motivos, el primero es que sus dependientes me hicieron sentir muy bien y no hubo faltas de respeto, sólo información; y el otro es que con las visitas que tengo el único ruido que puedo hacer es el de mis teclas al escribir.

Y porque pienso que, si ellos como empresa privada tienen libertad de modificar su producto, yo tengo todo el derecho del mundo de comprar en otro sitio. Pero tampoco quiero pasarme, se preocupan por mi salud, primero el sacrificio de bajar de peso, y luego el beneficio de poder ponerme ropa o bañarme en una piscina. Y eso que mis bañadores y ropa deportiva son de Decathlon y C&A, ahí mi molestia, ahora que estoy bajando peso, no encuentro talla, bah, continuo con lo importante del texto.

En fin, párrafo de cabreo a parte, siempre nos quedarán otras marcas, es cuestión de buscar y adaptarse, ¿no sería maravilloso tener un cordón en la cadera, tirar de él y que la barriga y los muslos encojan? Pues no, como dibujo animado puede hacer gracia si ves un cortometraje o una serie, pero en la vida real la sensación es más bien otra.

Nos venden el marketing de que hay que aceptarse, mindfullness, fluye y bebe que la vida es breve...en fin, palabras bonitas con las que posicionar las marcas. Pero es que el problema es ese, que la mayoría de usuarios de a pie no miran más allá de lo que necesitan, yo he trabajado para una agencia de marketing y puedo conocer un porcentaje mínimo con el que saber qué debe y qué no debe afectarme como consumidor.

Pero la ventaja de los villanos anti-grasa, está en que la confusión es tal que el usuario se deja llevar, compra lo que le pones, los remedios milagrosos, y ahí reside el problema, lo que mencionaba antes, que debemos ser fuertes mentalmente porque las consecuencias pueden llevarnos a pasar por una habitación de hospital. No pretendo ser tremendista ni mucho menos, pero esa situación se puede dar, en trastorno del comportamiento alimenticio al dejar de comer bien, probar algo milagroso y maravilloso que comprar por internet...en fin. Temas que darían para mucho y que no puedo abordar en unos pocos párrafos.

Si mis palabras llegan a alguien que se identifique con algo de lo que haya puesto en este texto, lo único que le puedo decir como persona que ha sufrido el critiqueo por el físico, el rechazo de una cita por estar gordo, o la vergüenza de un cuerpo propio, como si eso fuera lo que nos define por dentro; es que pida ayuda a gente profesional, y en caso de no disponer de mucho dinero, hay organizaciones que se dedican a ayudar a personas sin recursos que necesiten trabajar su salud.

No hablo de cumplir los cánones de belleza, a esos, que les den bien fuerte porque lo que para uno puede ser una buena imagen, para otro puede ser un problema de salud, ya que no es sólo la estética, es estudiar nuestro cuerpo, si presentamos algún tipo de enfermedad previa, o a causa del sobrepeso, salud mental…, son muchos los factores a tener en cuenta para vernos en el espejo como nos merecemos ver, sonriendo.

Perdonar que me haya extendido pero este tema me toca de cerca. Para finalizar siempre utilizo una canción, si sois románticos en la idea, os recomiendo Size Matters – Natasha Bedingfield en el que habla, en resumen, de que el único tamaño que importa, es el del corazón (se oye un gran ohhh en la sala), pero, la canción que yo necesito poner en este post es Todos le llamaban gordo aunque el prefería que lo llamasen pa comé – Mojinos Esozios por dos motivos, el primero porque los Mojinos siempre caen bien, el segundo, que de pequeño en el colegio había una persona que iniciaba el que viene, que viene, para reírse de mi físico y lograr hacerme sentir mal, ahora, francamente, me da igual (porque poner me la suda también quedaba feo).

Dedicado a los que se han sentido mal por su físico, porque lo que importa es el gran tamaño de la personalidad, frase de taza de regalo lo sé, pero es que, en mi caso, sé que es cierto, rodéate de gente que te quiera, de profesionales que te guíen, y de una tela que te haga sentir guap@, talla grande, ande o no ande, y ande y que les den bien; porque pa' gordos, pa' gordos mis renglones. Porque #ViernEscrito está, lo que acaba en punto y final. 

viernes, 7 de julio de 2023

#ViernEscrito 05. Quiero lo de esa mesa.

Seguro que en algún momento de tu vida has ido a un restaurante con un plato en mente. Has estado todo el día saboreando ese plato, salivando con esa salsa que es la base de una cena divertida, y la alta expectativa de esa pequeña rama de tomillo que resulta la guinda del pastel.

Y cuando estás con tu compañía, buscando ese plato, de repente, observas algo mejor en la mesa de al lado, y automáticamente quieres ese plato, sin importante lo que tienes delante (o a quién tienes delante. De eso he sido consciente mientras esperaba en un restaurante a unos amigos con los que quedé a cenar.

Observaba como dos chicos en la mesa de al lado tenían una cita, y automáticamente pensé ‘’quiero eso’’ y, como si tuviera a mis mejores amigos preparando la colleja, a los pocos segundos reaccioné y pensé ‘’¿quiero eso?’’, mejor dicho ‘’¿quiero eso...ahora?’’. Claro que me gustaría tener un compromiso, pero me encuentro en un momento clave de mi vida en el que, o cojo las riendas, o como me deje llevar el trompazo va a ser más sonado que los escándalos eméritos.

Reflexioné entonces, en como podemos tener ese autocontrol, y como de repente, si nos dejamos llevar por el impulso, podemos tirar nuestra vida a la basura. Como la persona que por quitar las fotos de su familia, y echar un polvo con el/la amante, tira por tierra lo que tanto cuesta construir. Por un impulso, hola consecuencia.

Buscando información sobre lo que argumento, como siempre descubriendo América, he encontrado que se le llama el Síndrome de la Pieza Faltante, qué buen nombre la verdad, me parece el idóneo. En el enlace anterior se explica a la perfección y de forma muy clara para quien no esté familiarizado con el mundo de la psicología y la investigación científica.

Digo que me parece el nombre idóneo porque, en apariencia y yo el primero, es como si viéramos la vida como un puzzle, contemplamos las piezas midiendo lo que queremos llenar pero, si jugamos con un puzzle de 500 piezas, ¿qué hacemos cuando descubrimos que el que nos define sólo tiene cuatro?.

En mi propia piel habré experimentado esa sensación varias veces a lo largo de mi joven vida (si vivimos más 35 son como 20 ¿no?). Por lo que comprendo por entero ese síndrome, no se llega a ser consciente de cómo podemos dañarnos, y dañar, al dejarnos llevar por ese impulso de lo nuevo, y una vez recibido lo nuevo, echamos de menos lo que de verdad queríamos.

Y, ¡ojo!, no digo que sea malo desear algo nuevo, al contrario, opino que buscar nuevas experiencias que nos apetezca probar, puede ser la mejor forma de llegar a conocernos a nosotros mismos; lo que quiero decir es que, lo que pidamos, sea porque de verdad queramos pedirlo, no porque sea la novedad que sigue la gente, o el conformismo en el que nos sentimos grandes.

Siendo conscientes de que no conseguir la meta, no significa motivo de derrumbe, sino oportunidad de encontrar otro camino para obtener lo no conseguido. Y esto debo decirlo con la boca pequeña, básicamente porque he pecado de ello, pero en el momento de no valorar lo que tenía en el presente, automáticamente era rechazado por mí al focalizar mis energías en llorar lo que no tenía, sólo por no tenerlo, nadie sabe si llegará.

El problema surge cuando te das cuenta que esa aventura desaprovechada, ocasiona un daño que difícilmente puede ser reparado, al fin y al cabo, romper una ilusión no tiene pegamento que lo arregle, son las cicatrices que se quedan en el alma, cuyo único beneficio es enseñarnos lecciones que, como las propias cicatrices, son nuestras para siempre.

Por mi experiencia puedo asegurar que si no aprendemos nuestras propias lecciones y no nos dejamos claro qué es lo que queremos pedir y qué es lo que pretendemos alcanzar, podemos autosabotear nuestra emoción y ser un agujero negro cuyo único fin es el de absorber nuestro entorno por no querer ser conscientes de que si algo no lo hemos pedido bien, es consecuencia de nuestras propias decisiones (decir que es culpa nuestra puede sonar severo, y perfectos no somos nadie).

Pero por otro lado ¿qué sería de la vida sin la toma de decisiones?, al fin y al cabo se le debería de llamar reto, si alguien la ha tenido fácil, o no ha tenido un gran problema al que hacer frente, o no se ha arrepentido de una decisión, que levante el comentario. Pero mientras sepamos qué es lo que querremos pedir el próximo día, saboreemos bien lo que tengamos en el presente, y seamos fiel a nosotros mismos.

Ya que esa es, a mi modo de ver la vida, la única forma de realmente disfrutarla, pensando tú, opinando tú y pidiendo tú. Ya lo he dicho alguna vez, mientras no afecte a nadie, ni hagas daño, la libertad de ser tú mismo disfrutando tu presente, es una de las mejores sensaciones de realización que puede experimentar el ser humano.

Como siempre pongo una canción que me ayude a expresarte lo que quiero decir, en este caso, mi cambio de filosofía está en Soñaré – Rosana, al final del día, lo que nos queda es la gente que nos apoya, sea familia, amigos, novio, compañeros del trabajo; si lo que más vale en el mundo no se compra con dinero, pues voy a dedicarme a disfrutar de lo que he conseguido, de la gente que me cuida y me dejan que les cuide, y el resto, ya llegará, y si no llega, será que no tiene que llegar.

Dedicado a los que diseñan un objetivo y luchan por ello, a los que saben cuándo es el momento de pedir, a los que saben cuando arrepentirse, y los que saben que, para disfrutar de lo nuevo, siempre hay tiempo. Porque #ViernEscrito está lo que tiene punto y final. 

sábado, 1 de julio de 2023

#ViernEscrito 04. Redsistencia tejida de vinagre y coral.

Érase una vez, un acomplejado rescatado en el instituto. Pero esta vez no os hablaré del acomplejado, para eso ya tengo el #ViernEscrito 03, hoy os hablo de la rescatadora. Me propuse utilizar esta colección para hablar de temas reales, cotidianos, mundanos, llámalo X, no pretendo ser Azorín, ni mucho menos, yo veo las nubes y no pienso en Calixto y Melibea; pero sí que opino que tras cada esquina se pueden esconder grandes historias. No hace falta irse siempre a la ficción.

Esta semana me he dado de bruces, otra vez, con una realidad mas perniciosa que útil. Parece que la vida debe estar encarrilada antes de acabar el bachiller, si te atreves a cambiar de titulación pasados los 20 corres el riesgo de quedarte atrás, a fin de cuentas, hay gente más joven, más moldeable, con tu misma titulación, y eso llama más. (Dejo claro que todo lo que digo aquí, es algo que he presenciado, cada uno con su versión de la vida por supuesto).

Imagina, cómo de difícil tiene que ser enfrentarte a partir de los 35, y con una edad más avanzada ni te cuento. Porque no hablo de mejorar tu situación laboral, sino cambiar de sector. Esa rescatadora que me enseñó a levantar tras cada golpe desde que la conocí con 16 años (¡ay amiga que el año que viene hacemos 20 años de amistad) es la protagonista anónima que seguro que todos tenemos en nuestras vidas.

Después de más de 10 años de experiencia se atreve a buscar un nuevo camino, y lejos de ser una actitud temeraria, la veo muy valiente. Aún hoy, en la Región de Murcia al menos, desconozco el resto del país, nos encontramos en la situación de que te pregunten en connotación negativa, si es una locura que te atrevas con un sector nuevo cuando tienes pasados los 30, como si no contara para nada el conocimiento, la sabiduría y la capacidad de resolución adquirida en tu vida laboral.

Inconscientemente, como suele suceder y creo que hemos pecado todos alguna vez, nos dejamos llevar por la marea ‘’sí me voy a poner a estudiar a mi edad, ¿pa’ qué?’’. Los valientes son los que se responden a sí mismos con actos y no con palabras. Yo mismo este año he decidido dar un paso así, con la diferencia de que en un año he demostrado no sacar ni cinco minutos para esa nueva aventura, pero la protagonista de la que hablo es tenaz en cada meta.

Ha callado cada boca que le ha dicho que no, con la respuesta de la voluntad llegando a sus objetivos. Es fuerte, inteligente...y los defectos me los callo, entre nosotras no nos hacemos eso. Así que desde aquí quiero dedicar cada palabra de admiración, y poner más sería redundar.

Porque me demuestra que cuando elevas el vuelo, el que no aletea se cae primero...siempre de frente cuando hay contracorriente, que en la orilla está la suerte – Rosana‘’Siempre de Frente’’ (Esta semana tocaba canción en español si, o si)

Por ello redacto este golpe en la mesa sobre que la valía no se merma con la edad, de hecho me uno al pensamiento de que es un grado; tu unicidad en una organización, empresa, grupo de amigos...reside en tus actos, tu persona no se mide solo por los conocimientos que adquiere, sino por su participación en un todo. Son pequeños factores, que en conjunto, son nuestra mejor carta de presentación, la edad te da la templanza y sabiduría (si has sabido aprovecharla claro), el conocimiento son las aptitudes que te ayudan a desempeñar una función, y tus actitudes son la gasolina que necesitas para lanzar esa maquinaria que te define a su máxima potencia.

Sé que llegará lejos, no por sus estudios, sino por su arrolladora personalidad, su capacidad de reacción, porque allá donde va, es una red de seguridad tejida con la acidez fuerte como el vinagre, y resistente como el coral, ese sería un buen apodo.

Dedicado a los que saltan desde la cuerda floja, y repiten, porque su tenacidad ayuda a los que nos gusta estar en segundo plano, a dar un paso adelante en la vida y aprender a saborear todo lo que nos puede ofrecer, simplemente, confiar en nosotros. Desde abajo se ve sólo la luz de los que suben, y ahora te toca brillar. Porque #ViernEscrito está, lo que acaba en punto y final.